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SOCIEDAD

La capilla del Hospital de Navarra, más de un siglo de historia 'escondida' en Pamplona

Recorremos al detalle la historia de esta capilla de Pamplona, para muchos desconocida, entre los edificios hospitalarios. 

Capilla de la iglesia del Hospital de Navarra. MIGUEL OSÉS
Capilla de la iglesia del Hospital de Navarra. MIGUEL OSÉS

Ubicada en el corazón de la zona hospitalaria de Pamplona, la capilla de Santa María de la Salud se erige silenciosamente entre el trasiego de coches, ambulancias y el ajetreo diario del Complejo Hospitalario de Navarra, más aún en estos tiempos de pandemia.

Bendecida e inaugurada el 31 de enero de 1913, el origen de este templo se remonta a una década antes, cuando doña Concepción Benítez Ruiz apostó por financiar la construcción de un hospital con su propia fortuna.

Para ello, el Ayuntamiento de Pamplona acordó la cesión de 137.537 m2, que unidos a los adquiridos por la propia benefactora hacían una superficie total de 275.074 m2. El edificio que nos atañe, la capilla, fue proyectada en el año 1906 por Enrique Epalza, arquitecto bilbaíno que diseñó un templo con una clara inspiración neobizantina y neorrománica.

El material empleado para levantar el templo fue la piedra de Peralta. Cuatro años más tarde de su bendición inaugural, el obispo de Pamplona de aquel entonces, José López de Mendoza García, consagraba el altar de mármol de la capilla.

Una mala gestión del presupuesto del proyecto llevó a la suspensión de las obras del hospital en el año 1911, cuando ya estaba terminada la capilla, así como 6 de los 29 pabellones proyectados.

Tras un fallido intento de cesión a la Diputación Foral, la propiedad de los terrenos y el proyecto de doña Concepción terminó en manos del Ayuntamiento de la capital, lo cual incluía la capilla, que había costado 200.000 mil pesetas. No obstante, la donante se reservó el derecho de sepultura para ella y su marido en el templo, así como la potestad de nombrar un capellán para dar misa.

Años más tarde, ya en 1931, la Diputación recuperaría los terrenos y edificios construidos tras la cesión del Ayuntamiento de Pamplona al Estado a cambio del pago de 1.279.551,30 pesetas junto con este último con el fin de recuperar finalmente el proyecto del hospital.

La capilla del hospital consta de una nave central en la que destacan las vidrieras de su cabecera, tras el altar. En ellas están representados los copatronos de Navarra, San Fermín y San Francisco Javier, así como Santa María la Real de Pamplona.

De su interior cabe reseñar asimismo los diferentes escudos que decoran el templo, el crucifijo que preside el altar y las tumbas de la benefactora del proyecto, la mexicana doña Concepción Benítez Ruiz (Hija Adoptiva de Pamplona desde 1902) y de su marido, don Nicanor Beistegui. Sus sepulcros se encuentran en lugar preferente junto al altar y fueron realizados por Josep Llimona, escultor catalán de renombre en la época.

Ya más recientemente, el centenario de la inauguración de la capilla fue celebrado el 31 de enero de 2013 con una eucaristía oficiada por el obispo auxiliar Juan Antonio Aznárez a la que asistieron entre otros, la consejera de Salud y el director gerente del Servicio Navarro de Salud de la época, Marta Vera y Ángel Sanz Varea. Un año después, en 2014, la capilla era dedicada a Santa María de la Salud, colocándose una placa conmemorativa en el exterior del edificio para recordar las celebraciones del centenario.

Además, desde el 4 de noviembre de 2016, una imagen de San Miguel de Aralar realizada en piedra de Calatorao (Zaragoza) por el pamplonés Joseba Lekuona preside la “Puerta de la Fe” (los pies del templo), colocada en una hornacina hasta entonces vacía. La capilla cuenta con una protección de bien cultural en grado 2.


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La capilla del Hospital de Navarra, más de un siglo de historia 'escondida' en Pamplona