• viernes, 29 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Emotivo adiós en Vitoria al pamplonés Miguel Asurmendi, obispo emérito recién fallecido

El actual obispo de la capital alavesa, el también navarro Juan Carlos Elizalde, ha calificado a Asurmendi como "un maestro" con "juicio benévolo, alma grande y corazón de pastor".

Misa funeral en la catedral de Santa María de Vitoria por el obispo emérito de la ciudad, Miguel Asurmendi, que falleció ayer a los 76 años de edad, a la que han asistido autoridades eclesiásticas y políticas junto a cientos de fieles. EFE/David Aguilar
Misa funeral en la catedral de Santa María de Vitoria por el obispo emérito de la ciudad, Miguel Asurmendi, que falleció ayer a los 76 años de edad, a la que han asistido autoridades eclesiásticas y políticas junto a cientos de fieles. EFE/Davi

Autoridades eclesiásticas y políticas junto a cientos de fieles han despedido en un emotivo funeral celebrado en la catedral de Santa María de Vitoria al obispo emérito de la ciudad, el pamplonés Miguel Asurmendi, fallecido a los 76 años.

El templo gótico del siglo XIV situado en lo alto de la colina del Casco Medieval de Vitoria y conocido popularmente como la catedral vieja, ha albergado el acto fúnebre de cuerpo presente, que estaba abarrotado.

La ceremonia, presidida por el actual obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, que relevó a Asurmendi hace apenas cinco meses, ha congregado al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, así como a obispos y arzobispos de distintos puntos de España.

Además del prelado de Vitoria y el cardenal Ricardo Blázquez, han concelebrado la misa el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez; el de Barcelona, Juan José Omella; el de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez; el obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz Martorell; el de Santander, Manuel Sánchez Monge; el de Bilbao, Mario Iceta; el de San Sebastián, José Ignacio Munilla, así como el obispo emérito de la capital guipuzcoana, Juan María Uriarte.

Tampoco han faltado a esta cita representantes del Gobierno Vasco como la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia; la teniente de diputado general de Álava, Pilar García Salazar, y los tenientes de alcalde de Vitoria Peio López de Munain e Itziar Gonzalo.

En su homilía, el actual obispo de la capital alavesa ha calificado a Asurmendi como "un maestro" con "juicio benévolo, alma grande y corazón de pastor", que tenía una "humanidad cordial" y un "trato respetuoso, solemne, digno y delicado".

Ha mencionado que su muerte por infarto a última hora del miércoles fue "un golpe inesperado" que ha dejado en sus fieles "un sentimiento de orfandad" y ha lamentado que cuando dejó de ser obispo de Vitoria y regresó a Pamplona estaba lleno de "ilusión, planes, proyectos, amistades y sueños", pero sólo tuvo cinco meses para llevarlos a cabo.

"Tenía conciencia de que le quedaban muchas cosas por hacer", ha señalado Elizalde, quien ha añadido que "quería culminar la vida como una obra de arte y así ha sido aunque no de la manera que él esperaba". "Don Miguel ha vivido para la misión y terminada la misión se ha ido", ha dicho.

El prelado ha puesto también de relieve que hoy Vitoria despide a "un gran pastor" que siempre ha promovido la reconciliación social, la ayuda a los más desfavorecidos y la cercanía con gentes de distintas sensibilidades.

"Queremos seguir sus pasos, yo el primero", ha concluido, tras agradecer al Papa Francisco su telegrama de condolencia.

Una vez terminada la misa, los restos mortales de Miguel Asurmendi, "salesiano hasta la médula" como lo han descrito en esta ceremonia, han sido enterrados en la cripta de los obispos como era su deseo, ya que en varias ocasiones manifestó que quería descansar en la diócesis en la que sirvió durante 21 años.

En esas dos décadas, entre otras muchas actividades, colaboró estrechamente con la Fundación Catedral Santa María para la restauración y reapertura al culto de este emblemático templo que inspiró dos novelas de Ken Follet, impulsó el Museo diocesano de Arte Sacro, trabajó con ahínco en favor de las Misiones Diocesanas, de entidades sociales como Cáritas y de los centros religiosos de Formación Profesional.

Tras esta cálida despedida, mañana se oficiará otro funeral a las ocho de la tarde en la catedral de Santa María de Pamplona, donde residió los últimos meses de su vida.


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