Un grupo de vecinos de la Plaza del Castillo rechazan la posibilidad de que vuelvan a instalarse las barras en la Plaza del Castillo durante las fiestas de San Fermín de 2023.
Según cuentan en una nota de prensa, "a finales de septiembre mantuvimos una reunión con el alcalde Enrique Maya y la concejal de Cultura María García Barberena, en la cual transmitimos una valoración muy negativa del modelo festivo de la Plaza del Castillo".
Según dicen, "la Plaza del Castillo no necesita más bares, hay ya 14 alrededor de la plaza, con sus interiores y terrazas, terrazas que en Sanfermines además aumentan claramente su superficie. Y si eso fuera poco, hay otros 54 bares en las calles que la circundan". En este sentido, aseguran no entender "el interés del Ayuntamiento por llevar más alcohol a un espacio de por sí bastante saturado de alcohol, y menos cuando eso conlleva aumentar el nivel de embriaguez –y sus consabidos problemas– en la plaza de una forma muy considerable".
Así, consideran que "el ayuntamiento argumentó que pretendía acabar con el botellón de los sanfermines prepandémicos en la plaza" e insisten en que "convirtió la plaza en un macrobotellón".
También hacen alusión al "insoportable nivel de ruido de los conciertos de Djs, tanto a la tarde como a la noche, que superaron muy ampliamente el nivel de decibelios permitido legalmente". Según apuntan, "también los superan los conciertos nocturnos habituales de Sanfermines anteriores en la Plaza del Castillo, pero el ruido de este año superó con creces lo de los anteriores".
Así las cosas, señalan que "no puede considerarse un éxito total algo que el vecindario de la plaza y gran parte de la ciudadanía considera tan negativo", lo cual parece difícilmente demostrable, a tenor de la gran cantidad de gente y del ambiente festivo y familiar del que decenas de miles de ciudadanos disfrutaron en la plaza durante las fiestas.
También se han referido a las polémicas denegaciones de permiso a distintas charangas para salir a tocar por el casco viejo en las últimas semanas. "No hay duda de que el ruido es un problema para el descanso y el bienestar del vecindario del barrio, y que habrá que tratar el problema de la forma más consensuada posible entre los diversos agentes del barrio. Pero, por lo menos en lo que concierne a nuestras reuniones, no se ha mencionado a las charangas que durante el día puedan tocar en el barrio como un problema, por lo que pedimos al ayuntamiento que no se escude en nuestras peticiones a la hora de denegar permisos a charangas o grupos que pretenden salir de día".
Para ellos, "el problema de ruidos viene más de lo que conlleva la intensa actividad hostelera de la plaza y sus alrededores, los altos decibelios de algunos bares, así como de los diversos eventos que se desarrollan en la plaza durante muchos fines de semana con megafonía a gran volumen".
