• viernes, 29 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Cristina Gómez y Mª Fernanda Ramón, ganadoras de dos importantes becas en Navarra para apoyar su formación en Medicina

Harán rotaciones en el hospital universitario de Hiroshima (Japón) y en el Salford Royal NHS de Mánchester (Inglaterra).

Entrega de las becas Ignacio Landecho, Manuel Landecho, María Fernanda Ramón, Rafael Teijeira, Cristina Gómez y Enrique Ordieres CEDIDA
Entrega de las becas Ignacio Landecho. Desde la izquierda, Manuel Landecho, María Fernanda Ramón, Rafael Teijeira, Cristina Gómez y Enrique Ordieres. CEDIDA

La Fundación del Colegio de Médicos de Navarra, con el patrocinio de Laboratorios Cinfa, ha concedido las becas Ignacio Landecho 2019 a Cristina Gómez Martínez de Lecea y María Fernanda Ramón Espinoza. La cuantía de 3.000 euros por beca estará destinada a financiar sus estancias formativas en el Centro de Linfedema del hospital universitario de Hiroshima (Japón) y en el Salford Royal NHS Foundation Trust de Mánchester (Inglaterra).

Han entregado las becas Rafael Teijeira, presidente del Colegio de Médicos de Navarra, y Enrique Ordieres, presidente de Laboratorios Cinfa. El acto ha contado, además, con la presencia de Manuel Landecho, hermano del que fuera vicepresidente del colegio y que da nombre a las becas.

Cristina Gómez Martínez de Lecea (Pamplona, 1990) es residente de quinto año  de Cirugía Plástica y Reparadora en la Clínica Universidad de Navarra. Durante su formación MIR, ha realizado estancias formativas en centros y hospitales de Boston, Nueva York, París, Chicago y Taiwán. En la actualidad, es colaboradora docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.

El principal objetivo de su estancia en Hiroshima es aprender el método de evaluación y tratamiento de pacientes con linfedema, “en uno de los centros de referencia a nivel mundial y con el doctor Koshima, que fue el primero en describir y desarrollar la supermicrocirugía en el tratamiento del linfedema mediante anastomosis linfáticovenosas”.

En sus más de 5.000 cirugías realizadas para el tratamiento de esta patología, Koshima ha conseguido los mejores resultados mediante las anastomosis linfáticovenosas. Además, posee una excelente trayectoria profesional dedicada a esta afectación, con más de 250 artículos indexados y un libro específico sobre su tratamiento, lo que le permite recibir anualmente cirujanos de todo el mundo. Anualmente, organiza cursos y simposios en inglés que incluyen cirugías en directo y clases magistrales. Su influencia a nivel mundial lo ha llevado a ser nombrado presidente de la Sociedad Mundial de Microcirugía Reparadora (WSRM) durante el 2017-2019. Además, es director de la Sociedad Japonesa del Linfología.

Gómez resalta que su estancia en Japón completará su formación en cirugía reparadora microquirúrgica y supondrá un gran avance en su carrera profesional, ya que podrá "trabajar con un alto volumen de pacientes con linfedema que requieren este tipo de cirugía". "Me permitirá, además, crear relaciones laborales para futuros proyectos internacionales en común”, ha apuntado.

UN CONSIDERABLE GASTO ECONÓMICO PARA LOS PACIENTES

Al mismo tiempo, ha explicado que los objetivos de la rotación son: desarrollar protocolos que permitan estandarizar la evaluación preoperatoria y el tratamiento quirúrgico del linfedema en los diferentes estadios de la enfermedad; establecer las indicaciones y tiempos quirúrgicos de las anastomosis linfáticovenosas en el desarrollo del linfedema; concretar las indicaciones para realizar las anastomosis linfáticovenosas como tratamiento preventivo o reductor del riesgo del linfedema; continuar mejorando el entrenamiento y aprendizaje en esta técnica quirúrgica; y establecer relaciones para realizar en un futuro estudios multicéntricos en el ámbito de la estadificación, tratamiento y seguimiento de pacientes con linfedema.

Esta profesional ha subrayado que la prevalencia del linfedema es relativamente alta, “aunque está infradiagnosticada en nuestro medio”. Afecta a unos 250 millones de personas en todo el mundo. Conlleva un fuerte impacto físico, funcional y psicológico y un considerable gasto económico para los pacientes y para el sistema sanitario.

La etiología más frecuente en nuestro medio proviene de secuelas de procedimientos oncológicos, en especial asociadas al cáncer de mama. Entre un 29%-49% de pacientes en los que se lleva a cabo una disección de nódulos axilares desarrollan linfedema, mientras que, en los que se realiza una detección del ganglio centinela, el porcentaje se sitúa alrededor de un 5%-7%.

Cristina Gómez y María Fernanda Ramón, ganadoras de las Becas MIR 2019. CEDIDA

La joven doctora destaca que la falta de estandarización en la evaluación y el tratamiento del linfedema influye en que “gran cantidad de pacientes que sufren esta afección no puedan encontrar en nuestro país un tratamiento estándar adecuadamente protocolizado, obligándolos a cirugías experimentales sin garantías. Por ello, considero muy importante mi formación en esta área, así como la realización de protocolos”.

PROGRAMA INNOVADOR

Por su parte, María Fernanda Ramón Espinoza (1990, Cuenca-Ecuador) es residente de tercer año de Geriatría en el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) e investigadora en la unidad de Geriatría del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA). Participa, además, como docente en sesiones de actualización en el CHN.

Ramón hará una rotación en el Salford Royal NHS Foundation Trust, bajo la tutela del geriatra Arturo Vilches, un centro de reconocido prestigio a nivel internacional en el manejo de los pacientes mayores que van a someterse a intervenciones quirúrgicas. Es también pionero en la puesta en marcha de un programa innovador -Proactive Care for Older People Undergoing Surgery (POPS)- en pacientes geriátricos candidatos a cirugía. El programa POPS “incluye una evaluación e intervención pre y posoperatoria de la fragilidad con una valoración exhaustiva y una optimización de diversas áreas”.

El citado programa incluye una valoración geriátrica integral, la atención de comorbilidades y recomendaciones sobre actividad física/fisioterapia, autonomía, nutrición, consumo de medicamentos y apoyo cognitivo y anímico, “con el objetivo de aumentar las reservas antes y después de la cirugía y la condición general de salud para la optimización de los resultados, y reducir el riesgo de morbilidad, discapacidad, complicaciones funcionales y muerte en el posoperatorio”.

Los objetivos concretos de su rotación en Inglaterra son: trabajar con un equipo interdisciplinar para identificar, evaluar y manejar a pacientes ancianos con patología quirúrgica e implementar el tratamiento adecuado para evitar complicaciones en el postoperatorio; adquirir los conocimientos sobre el circuito asistencial de los pacientes mayores frágiles sometidos a cirugía (urgente/electiva) y los medios que utilizan para la recuperación y rehabilitación funcional del paciente; participar en la actividad investigadora del centro; y trasladar los conocimientos aprendidos para la aplicación futura y posible implementación  práctica de un nuevo circuito asistencial no existente en la actualidad en Navarra.

COMPLICACIONES PERIOPERATORIAS

La innovación tecnológica está permitiendo tratar quirúrgicamente a pacientes de mayor edad con comorbilidad, polifarmacia, algún grado de discapacidad y, a menudo, con disfunción cognitiva, depresión, trastorno de la marcha/caídas, disfagia, deprivación sensorial, síndromes geriátricos, etc.

“Estas circunstancias, junto al efecto del envejecimiento, ejercen un impacto profundo en su capacidad de respuesta al estrés quirúrgico y lo hacen más vulnerable y susceptible de experimentar complicaciones severas, siendo responsables de que muchas veces los resultados no sean los esperados, pese a una impecable aplicación de la técnica”, subraya Ramón.

El riesgo de morbilidad y mortalidad perioperatoria aumenta exponencialmente con la edad, y esto sucede con cualquier tipo de cirugía. Las complicaciones perioperatorias son tres veces más frecuentes en mayores de 80 años.

Aclara, además, que la edad no explica por completo la mayor tasa de complicaciones y muerte perioperatorias, y subraya que el foco de atención se dirige, en la actualidad, hacia la fragilidad.

“La gran variación en las tasas de complicaciones, deterioro funcional y muerte entre hospitales sugieren que muchas pueden evitarse y la clave puede estar en la buena gestión de la fragilidad”. Concluye que “hay evidencia de que la evaluación y la optimización con la valoración geriátrica integral en el entorno quirúrgico conducen a mejores resultados para el paciente mayor sometido a cirugía”.


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Cristina Gómez y Mª Fernanda Ramón, ganadoras de dos importantes becas en Navarra para apoyar su formación en Medicina