• jueves, 28 de marzo de 2024
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UNIVERSIDAD

Un estudiante de la UPNA desarrolla un esqueleto robótico que permitirá avanzar en la rehabilitación de las extremidades superiores

A sus 20 años, Miguel Ángel Camacho Fantoba ha logrado construir un dispositivo que ayuda a recuperar la movilidad de brazos y muñecas.

Miguel Ángel Camacho Fantoba, con el exoesqueleto que ha diseñado, en un laboratorio de la UPNA en Tudela. CEDIDA
Miguel Ángel Camacho Fantoba, con el exoesqueleto que ha diseñado, en un laboratorio de la UPNA en Tudela. CEDIDA

Un exoesqueleto que puede ayudar a las personas sin apenas movilidad en los brazos para volver a usar sus extremidades superiores. No es ninguna quimera, es el proyecto que ha creado Miguel Ángel Camacho Fantoba, un joven de Cortes que acaba de titularse en Ingeniería en Diseño Mecánico en la UPNA.

Camacho (Cortes, Navarra, 1990) ha desarrollado este innovador dispositivo en su trabajo fin de grado, con el que ha conseguido una calificación de 10 y ha conseguido que los grados de Diseño y Fisioterapia, ambos impartidos en el campus de la Universidad Pública de Navarra en Tudela, hayan colaborado en trabajos de asesoramiento.

El recién titulado ha desarrollado la estructura mecánica de un exoesqueleto antropomórfico para la rehabilitación de las extremidades superiores. Este proyecto está dirigido por el profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica, Energética y de Materiales Juan Ignacio Latorre Biel.

CÓMO FUNCIONA ESTE SEGUNDO BRAZO ROBÓTICO

El exoesqueleto es un dispositivo que permite a una persona con movilidad reducida en una o ambas extremidades superiores realizar ejercicios de rehabilitación para desarrollar masa muscular y reaprender los movimientos de brazo y muñeca. Con ese objetivo, Miguel Ángel Camacho ha previsto diferentes modalidades de funcionamiento (ejercicio pasivo, semi-activo y activo), por lo que el exoesqueleto se encuentra dotado de diversos servomotores (motores eléctricos) capaces de accionar el mecanismo hasta un total de cinco niveles distintos en cada brazo.

En concreto, el exoesqueleto permite desarrollar un ejercicio pasivo, en el que el brazo del paciente se deja llevar por el mecanismo. Otra posibilidad consiste en practicar un ejercicio semi-activo, según el cual una parte del recorrido se realiza en modalidad activa, hasta llegar al límite de la movilidad del brazo, en cuyo caso se inicia el movimiento pasivo. La tercera modalidad de funcionamiento está basada en el movimiento activo, en el cual las articulaciones del exoesqueleto ofrecen cierta resistencia para que el paciente con movilidad en las extremidades superiores pueda ejercitarse.

PARA USO EN CLÍNICAS DE REHABILITACIÓN

El sistema diseñado se puede adaptar a personas con diferentes complexiones y alturas. Para su correcta utilización, es necesario fijar el sistema en un lugar determinado, pues el dispositivo está pensado para su uso en instalaciones como clínicas de rehabilitación.

El exoesqueleto consta de diversas piezas unidas, que permiten la rotación para facilitar los movimientos naturales de las diferentes articulaciones de que constan las extremidades superiores. Los diversos componentes del exoesqueleto han sido diseñados para proporcionar seguridad y confort a los usuarios potenciales, a la vez que se posibilita la rehabilitación de sus extremidades superiores.

Para elaborar su trabajo fin de grado, Miguel Ángel Camacho, interesado en las tecnologías aplicadas a la rehabilitación de pacientes con limitaciones motrices, sumó, a sus conocimientos de Ingeniería en Diseño Mecánico adquiridos durante su carrera, el asesoramiento del profesorado de Fisioterapia, que le permitió definir con precisión el sistema diseñado.

En la actualidad, Miguel Ángel Camacho trabaja en el departamento de Calidad y Mejora Continua de Guardian Navarra S.L., empresa dedicada en Tudela a la fabricación de vidrio para arquitectura.


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Un estudiante de la UPNA desarrolla un esqueleto robótico que permitirá avanzar en la rehabilitación de las extremidades superiores