El Departamento de Cohesión Territorial, a través de la Dirección General de Administración Local y Despoblación del Gobierno de Navarra, invertirá 113.426,89 euros en la pavimentación y renovación de las redes de la calle Pintor Crispín de Aibar.
La actuación permitirá adecuarse a la normativa en materia de accesibilidad y reordenar las circulaciones viales y peatonales para una óptima recogida de las aguas pluviales.
El director general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mari Rodríguez, y el alcalde de Aibar, Aritz Burguete, acompañados por varios miembros de la corporación municipal, han visitado la zona renovada, que contará con una inversión total de 384.268,18 € (IVA incluido), que será completada por el Ayuntamiento.
Según ha explicado el Ejecutivo foral, "la red de abastecimiento es antigua, tiene una estructura obsoleta en lo referente a secciones, con materiales que no cumplen las normativas vigentes, y no se encuentra mallada dentro del área de actuación ni es continua a lo largo de la calle".
Asimismo, las tuberías de saneamiento de fecales y de pluviales se encuentran en mal estado, con obstrucciones de sedimentos que reducen su sección y cambios importantes de dirección en tramos de tuberías. En ambos casos los diámetros son insuficientes para la demanda actual.
Además, la red de baja tensión, el alumbrado público y la red de telecomunicaciones se encuentran en gran parte del área de actuación en un tendido aéreo y requieren una ampliación de las canalizaciones actuales.
En cuanto a la pavimentación, las aceras no cumplen con las normativas vigentes en materia de barreras físicas, sensoriales y de accesibilidad universal.
Las actuaciones previstas incluyen la renovación de la red de abastecimiento, saneamiento de fecales y pluviales, pavimentación y la obra civil de canalizaciones de alumbrado público, baja tensión, telefonía y telecomunicaciones y las acometidas de gas.
En el pavimento, se prevé el ordenamiento de las circulaciones viales y peatonales, planteando un diseño en armonía con el entorno inmediato, considerando que deben seguirse los mismos criterios que en las zonas aledañas para dar unidad al conjunto urbano, por este motivo se plantea una calzada de hormigón armado de 4 metros de ancho, constante en toda su longitud y aceras de adoquín similar al colocado en fases anteriores, con una pendiente transversal hacia el eje de la calzada para conducir las aguas pluviales a través del caz hasta los imbornales.
La calzada y aceras se ejecutan al mismo nivel, delimitadas por un encintado realizado con piezas del mismo tipo de adoquín que la acera.
El diseño de la pavimentación es decisivo para una óptima recogida de las aguas pluviales, por lo que la pendiente transversal de la calzada se adecuará principalmente hacia el centro de la misma, donde se colocará caz de hormigón prefabricado.
