• viernes, 29 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Guillermo y Pepi vuelven con el cupón a las calles de Pamplona: "No eres sólo vendedor, es algo más"

Los vendedores de la ONCE han vuelto después de tres meses de parón obligado por el coronavirus, el primero en 82 años.

Los vendedores de la ONCE vuelven al trabajo tras tres meses sin trabajar por el coronavirus. MIGUEL OSÉS
Guillermo Álvarez, vendedor de la ONCE en las consultas Prínicipe de Viana, ha regresado este lunes tras tres meses sin trabajar por el coronavirus. MIGUEL OSÉS

Nieve, llueve o hiciese sol los vendedores de la ONCE siempre han estado en nuestras calles para acercarnos la ilusión. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 y el estado de alarma los 'encerró' por primera vez en 82 años. Así, durante tres meses las calles de Pamplona, Navarra y España habían perdido a uno de sus símbolos que ha podido recuperar este lunes. 

Dos de ellos, son Pepi Márquez y Guillermo Álvarez, agentes que han vuelto este lunes a sus puestos de venta en las calles de Pamplona.

Una vuelta que han agredecido tanto vendedores como clientes. Así lo destaca Márquez, vendedora desde hace seis años en el kiosko de la avenida San Ignacio: "Los clientes habituales han empezado a venir y todos dicen que tenían ganas de que estuviera abierto y yo estoy muy contenta también de verles", señala.

Por su parte, Álvarez, vendedor desde hace dos años y que hace año y medio trabaja en las consultas Príncipe de Viana, explica que "había muchas ganas de volver". "Al final donde mejor estamos es en nuestro hábitat natural y un trabajo como este es de agradecer porque se necesita el contacto con la gente, no eres simplemente una persona vendiendo, es algo más", resalta.

En este sentido, Márquez se muestra muy agradecida a los "cientes habituales que incluso se acercan de otros barrios o de Burlada por ejemplo". Un gesto que aprecia tras meses de "mucha incertidumbre".

Igualmente, Álvarez comenta que tenía sus dudas ante la vuelta porque "pensaba que al empezar la gente siempre iba a tener incertidumbre porque al final al estar en la calle siempre puede haber más nerviosismo por el contacto que se pueda tener". Sin embargo, el vendedor asegura que "la gente está aceptando bien" y que "clientes habituales y trabajadores, te vienen aunque sea a saludar y te dicen que había ganas de verte". 

Pepi Márquez, vendedora de la ONCE, ha vuelto este lunes a su kiosko de la avenida San Ignacio de Pamplona después de tres meses. MIGUEL OSÉS

Este mismo sentido lo refleja Valentín Fortún, delegado territorial de la ONCE en Navarra, quien señala que los trabajadores estaban "deseando volver porque el mero hecho de trabajar ya significa normalidad".

Por ello, Fortún no tiene ninguna duda de que "la gente ha saludado con gran ilusión la vuelta de nuestra gente a la calle". "Tras 82 años en la sociedad española, que nuestros vendedores estén en la calle con el cupón es un síntoma de absoluta normalidad y de que la cosa va por el buen camino", destaca.

"Nuestro trabajo es de proximidad absoluta, de primera línea, nuestros centinelas de la ilusión, como solemos llamar a nuestros agentes vendedores, son muchas veces ese psicólogo, ese hombre en el que llorar, esa labor tan cercana con la gente", comenta Fortún para añadir que "el cliente se acerca para que le demos la suerte pero en muchas ocasiones también para esa relación que se tiene de tantos años casi de amistad". 

REGRESO CON PROTECCIONES

Un regreso que se ha producido este lunes, pero que se ha trabajado durante semanas desde la ONCE.

"Como consecuencia del estado de alarma a partir del 14 de marzo nuestra red de ventas se tuvo que ir a casa, y fue duro porque se produjo después de 82 años ininterrupidos ejercicendo esta actividad", comenta Fortún quien señala que la "desescalada en cuanto a la incorporación de personal comenzó a finales de mayo para ver producción de imprenta y distintas categorías profesionales".

Respecto a la espera para vovler a la actividad, Fortún comenta que "para que la ONCE empiece a trabajar se tienen que dar una serie de condiciones y lo primero era que se pueda hacer de una manera similar en toda España, no podíamos hacer una desescalada por territorios, no sería viable".

"En segundo lugar, para que nuestra actividad sea rentable tiene que haber movimiento en la calle, no tenía sentido que sin el comercio en un gran nivel de actividad era complejo empezar nosotros. Y luego, en tercer lugar, tener activos los protocolos de seguridad; y como se han dado estas circunstancias, ya veíamos en mayo que podríamos comenzar en estas fechas y hemos empezado", resalta el responsable de la Comunidad foral.

Respecto a estas protecciones, explica que han entregado a cada vendedor protecciones personales como mascarillas, pantallas faciales protectoras y guantes. Igualmente, han destribuido geles hidroalcohólicos y deinfectantes tanto para ellos como para superficies y kioskos. 

"La gente tiene inquietudes de seguridad, pero hemos aplicado un protocolo muy riguroso de seguridad y salud y nuestra gente sale perfectamente equipada, tanto fuera como en las oficinas estamos aplicando los máximos protocolos de seguridad", asegura Fortún.

Una clienta se acerca para saludar y comprar en el kiosko de Pepi Márquez, vendedora de la ONCE, en la avenida de San Ignacio de Pamplona. MIGUEL OSÉS

LOS SERVICIOS SOCIALES, SIN 'PARÓN'

Como señala Fortún, tras este regreso solo queda "ahora a cruzar los dedos y que vaya todo bien porque nosotros vivimos de la venta del juego, no recibimos subvenciones, o sea que trabajamos sin red, la red nos la da la seguridad económica de la venta del juego".

Una 'red' que ha sustentado el trabajo social que la ONCE realiza y ha mantenido durante estos meses de parón. "La ONCE cortó la actividad comercial pero no cortó la atención a nuestra gente, la hizo de manera telemática", señala Fortún. 

Así explica, que con el estado de alarma se aplicó un ERTE "que fue completado por ONCE para que la gente cobrara sus salarios y sueldos integramente, con sus antigüedades y aquellos que tenían complementos de escala que también lo pudieran cobrar". 

Sin embargo, destaca que "la gente de los departamentos de servicios sociales, psicólogos, trabajadores sociales, coordinación de voluntariado... siguieron trabajando porque al final a nuestra gente teníamos que seguir atendiendo".

"Cambió la atención, no era presencial como es lógico, pero sí que era telemática, con sesiones pautadas, llamadas de teléfono... y la gente ha estado atendida", sentencia el delegado territorial de Navarra.


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