No tendremos Presupuestos para 2017, no cumpliremos el objetivo de reducir el déficit fijado por Bruselas, es posible que no se pueda subir el salario mínimo ni las pensiones ni acometer ninguna de las reformas imprescindibles... pero nuestros diputados hacen cuestión de gabinete de si el ministro De Guindos acude a la Comisión de Economía en lugar de hacerlo al Pleno para explicar las sinrazones del error en la designación de otro ex ministro Soria para un alto cargo en un organismo internacional.
Si las tuvieran que pasar los políticos, a lo mejor nos evitábamos muchos de los problemas que tenemos. ¿Cuántos suspenderían? No me refiero a la reválida de los pactos, que suspenden todos hasta ahora, sino a las que implantó la LOMCE y que el próximo junio tendrán que pasar medio millón de estudiantes de 4º de ESO y de 2º de Bachillerato.
Parece que, por fin, entre Rajoy y Rivera, entre el partido Popular y Ciudadanos hay una débil línea de colaboración. Al menos, hablan, que sería lo mínimo que hay que exigir a los representantes electos de los ciudadanos, pero que, como hemos comprobado, algunos no están dispuestos a aceptar bajo ningún concepto.
Cuando aquí andamos perdidos en las míseras querellas internas que impiden formar un Gobierno o con los intentos desesperados de los políticos de todo signo de no hacer aquello para lo que fueron elegidos, y en pleno momento de ocio y descanso, en Cracovia, millón y medio de jóvenes han acudido a la Jornada Mundial de la Juventud donde lo que escuchan y lo que ven es todo lo contrario.