Llevo una temporada dándole vueltas en la cabeza a algo que nunca antes me había preocupado: la envidia, envidia sana como decían nuestros mayores, a los himnos y banderas de algunos países y sobre todo al respeto que muestran los ciudadanos de esos lugares cuando suena en actos oficiales.
Analizando las propuestas de los partidos políticos que han concurrido a las últimas elecciones, sobre la sociedad que pretenden construir de cara a los próximos años, no puedo por menos que volver la vista hacia un hombre Mohamed Yunus, fundador de Grameen Bank y Nobel de la Paz, pionero de los microcréditos que tanto han ayudado a esas mujeres que por haber nacido en Bangladesh son consideradas ciudadanas de segunda.