• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Fue director del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo (OIVT) de la Fundación San Pablo-CEU.

Va de suyo

Por Cayetano González

Por los pelos se libró el Rey Felipe VI de tener que pronunciar este año su tradicional alocución de Nochebuena con una España en funciones.

Si no hubiese sido por la abstención a última hora del PSOE en la investidura de Rajoy a finales de octubre, España hubiera ido a votar por tercera vez en el plazo de un año el pasado 18 de diciembre.

Al menos, esa circunstancia de haberse desbloqueado la parálisis institucional que se ha sufrido a lo largo de 2016, dotó al discurso del Monarca de un entorno más tranquilo y quizás también eso explique que el interés por el discurso real, en términos de audiencia televisiva, haya descendido notablemente en relación a años anteriores.

De lo que no se ha librado el Rey es de las ya también tradicionales críticas de los partidos nacionalistas, a los que en esta ocasión se han unido las de Podemos. Felipe VI consideró "inadmisibles" las actitudes y los comportamientos contra "los derechos que tienen y comparten todos los españoles para la organización de la vida en común. Vulnerar las normas que garantizan nuestra democracia y libertad solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad". Obviamente, los partidos catalanes que están impulsando el proceso secesionista de Cataluña se han dado por aludidos y han respondido de forma crítica a estas palabras del Rey.

Parece lógico que en un discurso real, que aunque sea pronunciado en el marco de la Nochebuena siempre tiene un cierto contenido político, el Jefe del Estado haga una apelación y un llamamiento a aquellos que pretenden, saltándose la ley, romper ese Estado del que él es la máxima autoridad, mediante un proceso que persigue separar a Cataluña del resto de España. Lo raro es que Felipe VI no hubiera dicho nada respecto a lo que sin duda es el mayor problema político al que se enfrenta no sólo el gobierno de la Nación, sino esta en su conjunto.

Por eso, las críticas de los partidos nacionalistas están también dentro del guion. Más endeble parecen los argumentos esgrimidos por Podemos, que a través de su secretario de organización, Pablo Echenique ha dicho que el discurso del Rey "lo podría haber firmado Rajoy de principio a fin". Poco original ha estado el número tres de la formación podemita, debido quizás a que sus energías están puestas más en las batallas internas que en estas semanas protagonizan los dos sectores de Podemos, pablistas y errejonistas, que en intentar comprender que el Jefe del Estado lo que tiene que hacer de manera prioritaria es pedir a todos que se cumpla la ley y defender que todos los españoles somos iguales ante ella. Parece evidente que esto "va de soi".


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