• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión / Desde la década de 1990 realiza entrevistas para el periódico El Mundo.

Matar y rematar al mensajero

Por Esther Esteban

Matar al mensajero es algo tan antiguo como la misma humanidad y en los nuevos tiempos para matarnos simplemente inundan la redes sociales con comentarios injuriosos,

nos acusan de ser unos vendidos cómplices o dóciles con el poder. Sigmund Freud consideraba el hecho de matar al mensajero como una forma marginal de defensa para enfrentar lo insoportable, citando por ejemplo el famoso lamento de los musulmanes españoles "Ay de mi Alhama" que relataba como el rey Boabdil recibe la noticia de la caída de Alhama. El rey siente que su perdida significa el fin de su mandato, pero intenta que eso no se convierta en realidad tirando las cartas al fuego donde se anunciaba la derrota y matando al mensajero. Freud agrega que otro factor determinante fue la necesidad del Rey de combatir su sentimiento de inutilidad. Al quemar las cartas y matar al mensajero todavía estaba intentando demostrar su poder absoluto.

Estos días, una vez más, han intentado matar al mensajero e intentando su muerte civil nos han querido matar a todos los que ejercemos el oficio de periodistas y ¡digo bien! periodistas que no partidistas. Pablo Iglesias, atacó públicamente a Álvaro Carvajal, que está dedicado a la cobertura de la información de Podemos, simplemente porque no le gusta las noticias que escribe sobre su gestión. Lo hizo en una intervención en la Facultad de Filosofía de la Universidad  Complutense de Madrid, que él considera su feudo y se mofó, de forma reiterada del compañero con la complicidad de gran parte del público asistente. Acusó a Álvaro de publicar noticias falsas para medrar en su trabajo y al Rey Iglesias, en su latifundio, nadie le hizo un "ruidito" tal vez por si convertía en blanco de sus irás a quien se atreviera a rebatirle.

El líder de Podemos utilizó la lógica del argumento ad hominen, ese tipo de falacia utilizada por quien no está capacitado para sostener una tesis real y da por sentada una la falsedad. En su aclamada intervención ante la "casta universitaria" hizo una referencia a la relación psicoanalítica de Podemos con los medios de comunicación.

Y tiene razón porque, como se ha publicado en el medio del colega atacado, "en sus palabras afloraron todo lo peor que lleva dentro, sacaron el resentimiento interior que le hace reaccionar cuando alguien hiere el narcisismo que impregna su personalidad. Los psicoanalistas llaman a este fenómeno "el retorno de lo reprimido". Por ello, Iglesias se mostró durante un breve intervalo como verdaderamente es y no como suele aparentar. Podríamos dejar pasar este asunto si la conducta de un líder que aspira a gobernar y que representa a cinco millones de votantes, fuera una simple salida de tono. Pero hay en el trasfondo de sus palabras una agresión a la libertad de expresión -con muy pocos precedentes en la historia reciente de este país- que no puede ser ignorada " señala el editorialista. Y es en nombre de eso, de la libertad de expresión por lo, que hoy quiero, hacer mías las palabras de un colega AGUSTÍN PERY que ha escrito lo siguiente: "Pues sí, Pablo. Es verdad. Hay miedo en mis ojos. Otros igual no lo reconocen pero a mí me acojonas. Ojo, no a tu ideología, ni a tu discurso y mucho menos a tu programa político porque respeto infinitamente a todos y cada uno de tus votantes. A mí me acojonas tú, sólo tú. Me aterroriza que un tipo así pueda siquiera mesar la melena de los leones del Congreso. Porque como sé de tu cultura, sé que conoces el cuento del Traje Nuevo del Emperador. Vas desnudo pero no se te puede decir.

 Aflora tu verdadera jaez cuando señalas a un periodista -ya lo hiciste con Ana Romero-, cuando cobardemente te refugias tras lo alambicado del condicional para pronunciar la palabra linchamiento; cuando afirmas sin que te tiemble la coleta que mi compañero Álvaro Carvajal en su ansia por promocionar en la empresa se inventa titulares al gusto de sus jefes. Supongo que "el espacio académico" del que provienes no será así.

   Imagino que no has tenido que medrar en función de tu ideología sino de tus méritos como docente para conseguir una soldada pública. ¿O sí? Ya ves que yo pregunto. Tú has afirmado. Pero como no eres ni mucho menos tonto, todo lo contrario, lo que has pretendido es evidente. La performance de la Complutense la tenías guionizada. Había que lanzar el mensaje, dejar clarito a tus posibles votantes que cuando lean algo que no sea un laudatio servil a Podemos o a su "querido líder" es que el firmante, pobrecito, tiene que blindar su nómina; que su periódico no es objetivo sino que forma parte de esa casta que, misérrima, es incapaz de ver tus enormes cualidades, que donde ellos ven purga en realidad hay darwiniana selección.... "

   Yo no le quiero añadir ni una coma a la reflexión, solo sugerirle a Pablo Iglesias que se lea a Sigmun Freud y busque en su interior. Tal vez con su dedo acusador y su afilada lengua solo se intenta ocultar de sí mismo y no quiere ver en lo que se puede convertir.


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Matar y rematar al mensajero