• jueves, 25 de abril de 2024
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Opinión / Sabatinas

Fin de temporada, feliz San Fermín

Por Fermín Mínguez

Seis de julio al fin, otro año en la espalda y otro viaje a mi Kamchatka particular, ya saben. Cada vez llego más justo y con más necesidad de recargar en casa, en la raíz, así que por favor no vengan a dar la turra con sus juicios de valor sobre las fiestas de San Fermín. Que cada palo aguante con su vela.

Ambiente previo al Chupinazo en la Plaza del Ayuntamiento durante el inicio de los Sanfermines de 2018. DANIEL FERNÁNDEZ
Ambiente previo al Chupinazo en la Plaza del Ayuntamiento durante el inicio de los Sanfermines de 2018. DANIEL FERNÁNDEZ

Me sigue alucinando la capacidad para opinar que tenemos, esa tendencia a la tertulia sin tener ni puñetera idea de lo que hablamos con la única intención de acabar haciendo un juicio de valor que justifique nuestra postura no razonada. Es estupendo esto de la autojustificación, me creo lo que me interesa, lo que no me cuestiona porque me hace sentir seguro y tira millas. La verdad ya si eso la miramos luego, pero que no nos presione, que es tontería preocuparse por ser honestos pudiendo estar tranquilos, ¿no creen? Que ahora toca San Fermín, pero que es aplicable en general, construir opiniones como deporte o como dedicación laboral, que es peor.

En resumen, que aquello es un sindiós, un Sodoma y Gamorra (sic.) donde luego pasa lo que pasa y vienen las quejas y los lloros, pero claro, juegan con fuego y se queman. A mí aquí dentro no me pasará no, ya le digo que no entran problemas…

Ni el sentido común tampoco entra según parece le contesté.

Este era el cierre de una conversación que minutos antes comenzó así:

¿Así que eres de Pamplona?, ¿has estado en Sanfermines alguna vez?, ¿los conoces?

Claro, un poco… Sonreí para seguir hablando, pero no me dejó.

Pues yo no he estado nunca, pero una cosa le voy a decir porque ya me conozco bien esas fiestas.

Miren que por la cara del señor mucha cara de fiesta no tenía, la verdad, ni de capacidad de disfrute, pero en fin, las apariencias engañan y fue el rey de la diversión hasta que decidió dejarlo todo por el taxi. Mi instinto, que tiene que estar hasta las narices de que no le haga caso, me sugirió que me pusiese los cascos y fingiera llamada como los futbolistas, pero hemos venido a jugar así que le pregunté que qué pasaba con Sanfermines. Les resumo, porque el viaje fue largo (y se hizo eterno)

Allí todo el mundo va a lo que va, a drogarse, a tener relaciones sexuales, a pegarse y a robar. Se permite de todo, no hay policía y se permite de todo. Y claro, tu vas bebido y se te pone una borracha delante y ya pierdes la conciencia y la razón. (Aquí sonrió, pícaro él) Es que a ver quién razona en esa situación, casi mejor no ir, porque si vas ya sabes a lo que te expones. Y además todo lleno de mierda, toda la gente buena de allí se va, sobre todo si tienen niños.

Yo voy con mi hija de cinco años. Le encanta. No me pierdo un año.

Me miró por el retrovisor, incómodo, sonreí y puse cara de mus, de veo tu envido y envido más. Órdago de hecho. Mi turno, se lo resumo también.

Vamos a ver, bonito, como casi todo en la vida, uno recibe lo que da, quiero decir que si vas a una fiesta con un presupuesto de cinco euros por día, y con la intención de clara de cocerte como un ratón, pues es lo que encontrarás. Pero extrapolarlo es como ir a pasar una semana a París, comer en McDonalds y Burger King todos los días, y volver diciendo que la cocina francesa está sobrevalorada. Pues no, el sobrevalorado eres tú.

Lo de las bacanales sexuales supongo que es una historia construida a partir de fotos, y de historias que se han ido haciendo bola, pero vamos, que quien venga aquí pensando que esto es el jardín de las delicias igual se lleva una decepción. Que como es ambiente festivo hay más oportunidades de socializar, pues sí, pero vamos no es para venirse arriba. Y mucho menos para habilitar o justificar situaciones como la de los violadores condenados de la manada. A aquellos que vengan con intenciones similares recordarles que esta ciudad, y su policía que claro que existe, detuvo a cinco personas en apenas unas horas cuando iban vestidas iguales que cientos de miles y con muy pocos datos. Así que mejor que tengan claro que la policía funciona, y que la ley (quince años a cada uno) al final también.

Por hacerles un resumen de qué significan para un pamplonica como yo sus fiestas:

Las fiestas de San Fermín son alegría, mucha alegría, porque muchos llevamos un año esperándolas. Alegría del reencuentro, de la catarsis que supone sentirte parte de algo mucho más grande que tú pero que sin ti no podría ser. Por eso empiezan con una explosión, por la alegría.

Las fiestas de San Fermín son tradición, son respeto por todos los actos que las han definido y se han mantenido hasta aquí. Son tradición traspasada de padres a hijas y de madres a hijos. Son enseñanza de lo que uno fue y esperanza de lo que otros serán.

Las fiestas de San Fermín son raíz, porque se entienden desde la familia, desde lo que uno ha mamado desde niño y porque tienen un código de navarrismo que nos une y nos enorgullece.

Las fiestas de San Fermín son liberadoras, porque el blanco iguala, no marca diferencias y compartes con gente que fuera de la fiesta bloquearías por los prejuicios por su forma de vestir o los lugares en los que los encuentra.

Las fiestas de San Fermín son pertenencia porque no exigen ningún requisito para sumarte a ellas, y si las quieres, tuyas son.

Las fiestas de San Fermín son curación porque te reconcilian con tu ciudad, con tu origen, con los tuyos, con los que lo fueron, con los que lo serán. Te da la oportunidad de resetear y arrancar de nuevo.

Las fiestas de San Fermín son emoción porque además de los presentes están todos los ausentes, porque está llena de momenticos y rincones que compartimos, que vivimos con tanta intensidad y que ahora solo nos queda recordarlos. Hay tantas primeras como últimas veces en Sanfermines. Tanto que recordar como nuevos recuerdos por generar. Tanto que echar de menos que no se podrá llenar con facilidad, pero habrá que intentarlo.

Las fiestas de San Fermín son compromiso, compromiso de participar y de mantenerlas, cuidarlas y transmitirlas para que no acaben.

Las fiestas de San Fermín son esperanza, la esperanza de que todo esto que son vuelva a serlo el año que viene. Por eso lo primero que se canta al acabar es que ya falta menos para las próximas.

Las fiestas de San Fermín son resistencia porque a pesar de ataques, tontolabas, juicios de valor, desalmados, listos de las narices, tertulias televisivas, minutos de gloria de reivindicación, banderas y soflamas, traiciones y malas intenciones siguen resistiendo año tras año manteniendo la esencia que permite que sigan siendo las mejores fiestas del mundo.

Las fiestas de San Fermín son todo eso porque su origen es San Fermín, un tipo comprometido y valiente que cuando vinieron mal dadas decidió que era mejor aferrarse a sus valores que renunciar a ellos aunque fuera lo más sencillo. Y eso, queridas y queridos, marca.

Así que si quieren venir a disfrutar de nuestras fiestas serán más que bienvenidos, esta fiesta no es posible sin visitantes y la queremos compartir, pero por favor tengan en cuenta que para muchos de nosotros son muy importantes, así que si vienen con intención de mancharlas, pensando egoístamente en su propio disfrute, por favor, quédense en casa o hagan un botellón en el parking de un polígono, pero por favor, no vengan a dar por saco. También es bueno recordar que los navarros somos nobles de base, pero tenemos un pronto muy malo. Por ser honesto.

No se me ocurre mejor final de temporada que un seis de julio. Gracias por su lectura y por sus opiniones. Nos vemos en septiembre, queridas y queridos. Ojalá nos veamos hoy por Pamplona y podamos brindar, hoy corre de mi cuenta, nacer un seis de julio es lo que tiene.


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