Vaya por Dios, qué casualidad, le pegan un tiro a un controlador de la zona azul en la Chantrea y el partido de la ETA, tachán, no lo condena en el ayuntamiento de Pamplona. Los de Bildu ven un tipo con uniforme, aunque sea para ver un papel en el parabrisas del coche aparcado y ya quieren expulsarlo de las calles, ospa eguna, que se hermanen con Alsasua, por ser un miembro de las fuerzas de ocupación fascistas del estacionamiento regulado y tal. Gusanoak, kanpora.
Cualquier día la toman con los uniformados operarios del servicio de limpieza de la ciudad. No queremos barredoras en nuestras aceras, entre la mierdoak nos apañamos mejor. Capaces.
Pintadas del anagrama de ETA por el asfalto, sabotajes de los parkímetros y las líneas que delimitan los aparcamientos borradas. Total, que más de 100.000€ en desperfectos de factura que al final pagaremos todos los habitantes de Pamplona, aunque no hayamos pisado ese barrio conflictivo desde los tiempos del rastro de frutas y verduras dominical.
Esto lo digo porque, aunque yo soy partidario de que se independice Pamplona de la Chantrea, estoy hasta el coño de ese barrio, como lo he dejado ya por escrito varías veces, soy consciente de que esas calles son parte de la ciudad. Es decir, lo que pasa en la Chantrea lo decido también yo, que soy de Iturrama o mi primo que vive en San Juan, no como quiere el partido de ETA, que se piensa que aquello es una república bananera independiente y está empeñado en que solo decidan sobre la implantación de la zona azul los que ellos quieran, para variar.
El barrio tiene que votar, grita el partido de la ETA. ¿Si mañana decidimos en mi barrio que somos un espacio libre de impuestos, un paraíso fiscal, o que no queremos que pasen los follaovejas lachas corriendo con su palo y su bandera, dando la puta murga anual, el partido de la ETA nos lo iba a permitir? No, claro. Qué cojones nos lo iba a permitir.
Lo que hace el partido de la ETA es intentar pervertir la democracia haciéndonos creer que la democracia consiste únicamente en meter un papel en una una urna, así, sin más, con un censo a su gusto, y que si te niegas a ese atropello eres un antidemócrata. Pues no, eso no es la democracia.
Empecemos por lo básico, que con los que llevan forrado el cerebro con goretex hay que ir despacito, que se les recalienta. Los barrios no son de los barrios como las calles no son de las calles. Los barrios y las calles, además de José Joaquín Arazuri, que Dios lo tenga en su gloria, pertenecen a la ciudad y no se puede trocear la soberanía municipal. Todos somos de todos -nos guste o no, que a mí no me gusta, por eso quiero promover desde Pamplona un proceso de independencia de la Chantrea-, y todos decidimos lo de todos. Por eso cada cuatro años elegimos un único ayuntamiento con sus concejales y no uno por cada barrio, calle o bloque de viviendas.
Si Pamplona ha decidido que en una parte de ella se regule también el aparcamiento mediante el sistema de la zona azul, como ya tenemos en otras zonas de la ciudad desde hace años, y no te gusta pues te jodes. Es lo que hay, aberchándal. Y eso es todo.
