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Opinión / A mí no me líe

La hostia de Will Smith

Por Javier Ancín

No te justifiques, coño, si se la metes pues se la has metido, que no hay justificación posible que arregle el asunto. Que cada uno se haga cargo del final abierto de la hostia, hombre.

La Academia condena "todo tipo de violencia" tras guantazo de Will Smith a Chris Rock que no denuncia ante la Policía
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28/3/2022
La Academia condena "todo tipo de violencia" tras guantazo de Will Smith a Chris Rock que no denuncia ante la Policía.

Te levantas y ves que Will Smith le ha metido una hostia a otro y piensas que hay lunes que para algunos van a ser aún más lunes que para mí. Un lunes tras meterle una hostia en riguroso diferido a otro ante millones de tuiteros, que esa gala yo creo que ya no la ve nadie en directo, tiene que ser como aquellas resacas que teníamos de universitarios, donde al abrir el ojo y hacer repaso de la noche, solo eras capaz de ir aumentando la intensidad del no, no, no, por favor, no, joder, no, ay... no, por dios ante los diferentes episodios vergonzantes protagonizados por el peregrinaje de bar en bar.

Como yo aquí vengo sobre todo a contar mis mierdas, a los jubilados nos encanta contar nuestras batallitas pasadas, les soltare una, indolora.

En una de esas varias vidas que he tenido, cuando viví en Madrid, un colega que trabajaba para la productora me invitó al estreno de Yo, Robot. Una de esas premiers de las de antes, con mucho aparato en un teatro de la Gran Vía, alfombra roja, focos, cámaras de televisión, publico a mogollón detrás del pasillo de vallas que a los desconocidos nos preguntaba por qué éramos famosos y a los que entrábamos solos alguna nos decía, incluso, si podíamos invitarla dentro como nuestra acompañante -así de zumbados están los seguidores del mundo de la farándula-. La peli bastante truño, pero la cosa mejoró después porque me dejaron entrar también en la fiesta un poco más íntima en la discoteca Pachá.

El caso es que estuve charlando con él unos minutillos entre cubatas y el tío era majete, divertido, atento. Parecía buena gente y nada divo. Yo qué sé. Se descojonaba mucho cuando le dije que mi poeta preferido era Raphael de la Ghetto, y me puse a recitar su celebérrimo poema, al menos doblado en español, es decir, que el tío tampoco habría entendido muy bien de que iba la vaina que le estaba montando, "Carambola a la derecha, carambola a la izquierda...".

Yo no sé dónde se nos joden a todos los perús pero se nos joden siempre. Y a Will Smith no iba a pasarle algo diferente.

‪Qué intensito se ha vuelto de un tiempo a esta parte. Es decir, qué aburrido. Y no por soltarle una hostia a un tío que hace bromas sobre su mujer -parece que él es el único ser en el planeta que tiene familia- sino por su justificación posterior. No te justifiques, coño, si se la metes pues se la has metido, que no hay justificación posible que arregle el asunto. Que cada uno se haga cargo del final abierto de la hostia, hombre.

De la hostia o más bien del sopapo de chichinabo, tampoco hay que pasarse, que si todos pensaron en directo que estaba guionizada, es decir, una parte más del espectáculo, una coreografía perfecta, es porque no fue nada del otro jueves. A Boyero en los Goya le metió Corbacho un tiro con un revólver y no se armó tanto jaleo.

Eso es el espectáculo, que gritaba un de Niro excesivo y genial, encarnando al boxeador Jake Lamotta en Toro Salvaje, la obra de arte de Scorsese. Pues eso, un show. Y lo que vendrá hoy una opereta. Y eso es todo.


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La hostia de Will Smith