• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Las victorias se consiguen sobre el césped

Por José Mª Esparza

Osasuna acabó pidiendo la hora, pero lo cierto es que en ningún momento vio peligrar la victoria ante un equipo sensiblemente inferior.

Encuentro entre el Osasuna y el Lorca LALIGA 123 5
Encuentro entre el Osasuna y el Lorca LALIGA 123 5

Osasuna, al fin, sumó tres puntos tras cuatro decepciones consecutivas. Además los consiguió sobre el terreno de juego, y no de forma lastimera en los pasillos como intentó obtener los del Nàstic.

No resultó un triunfo brillante el de Lorca, pero sí tan merecido como necesario. El único gol llegó en una acción personal de Sebas Coris, ese jugador al que Diego Martínez se muestra proclive a alinear aún con la pierna rota, sea de extremo en una banda o de lateral en la contraria, pero con el que un sector de la afición no comparte tan ciega fidelidad.

El caso es que anotó un golazo, mientras que el arquero Dorronsoro le privó a Xisco de semejante gustazo. Ahora toca acatar el dictamen de Competición y buscar fecha para arrancarle al Nàstic otra victoria, sin hurtar al socio un partido de abono, hecho que habría supuesto una doble estafa, a la competición y al bolsillo del abonado.

No gusta verle a Osasuna jugar a ‘chica’ en el campo, ni sortear la competición buscando puntos en los despachos, algo que ni sabe, ni acostumbra, ni le pega. Son las nuevas maneras de Fran Canal, en un terreno, el federativo, que además no es el suyo tras haber apostado abiertamente por el de la LFP.

Tampoco resulta estéticamente atractivo buscar el aplauso más facilón cuando anuncia a bombo y platillo tres puntos que nunca llegarán o cuando rompe de manera absurda, y sin motivo, relaciones con un club, por mucho que se trate del bilbaíno, o un representante. Pataletas de corazones encogidos. Hay que ser más elegante, más señor. Es como perder tiempo de forma descarada, sin categoría, con torpeza, ante un equipo como el Lorca tras no saber apuntillarle en el tú a tú.

En fin, al menos se ganó al Lorca. Pero, claro, se trata de un rival de la parte baja. En Primera, donde el objetivo consiste en la permanencia, produce rabia ver a tu equipo dejarse la piel ante los grandes y dejar escapar puntos ante rivales menos motivantes.

En Segunda División sucede al revés. Hay que ganar en Lorca, por supuesto, pero resulta tan importante o más ir a por las mismas victorias ante equipos de doble valor cada partido, contando lo que deja de sumar el otro. Dejarse escapar puntos en tierras murcianas habría sido constitutivo de delito, y en tal sentido el triunfo sabe a bálsamo en cuanto que rompe una pésima racha, pero sigue dejando la duda de cómo un equipo tan superior no fue capaz de un resultado más solvente. Es así.

Decíamos que no resultó un partido brillante, pero sí práctico. Ni siquiera hizo falta tirar de oficio. Bastó con la diferencia de calidad manifiesta.

Tras diez minutos de contención, donde lo más sobre saliente fueron las ausencias de Aridane o Quique del once titular, los rojillos invadieron el campo contrario, a donde retornaron cuando les dio la gana. Queda el ‘pero’ de que no lo hicieran de forma más sistemática y, sobre todo, con más acierto. Es decir, que no firmaran un resultado mayor, más acorde con la distancia entre los medios de uno u otro, no sentenciar el marcador antes del descanso para evitar así cualquier posible sorpresa en los minutos finales. Por lo demás, objetivo cumplido. Felices vacaciones.

La visita a Lorca deja otra consideración. El cambio de Aridane por Unai García en el once inicial. Quizás suponga una tímida apertura del técnico Diego Martínez, al consolidar la subida de un canterano y posponer hasta la segunda parte la salida de uno de sus incondicionales. No guarda el mismo valor dejar a Quique en el banquillo para darle entrada después, de forma un tanto gratita con la marcha del encuentro, pero sí confirma que apertura del técnico no pasa de tímida. Dio entrada a Barja en el barrizal de Oviedo y le priva de minutos en un encuentro mucho más diáfano. Y eso sin recordar a Tano, que ni siquiera fue convocado. El entrenador sigue cerrado en su equipo, pero Osasuna es mucho más, en el presente y el futuro, como también lo fue en el pasado.

La segunda vuelta será larga y necesitará del aporte de todos, y no solo de unos pocos cada día más castigados físicamente por el peso de los minutos. Hay anunciadas dos incorporaciones. Más de lo mismo. Bienvenidas si el objetivo se consigue. Si no, a ver quién tira del carro cuando vengan mal dadas, y quién lo hace después. Osasuna debe ser un club de cantera, y no lo es.


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