• martes, 19 de marzo de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Del Chimy al príncipe Budimir, la grandeza de Osasuna

Por José Mª Esparza

Empate que pudo ser victoria. No pasa nada. Lo mejor, las anécdotas sustanciosas que a veces regalan este tipo de partidos.

Osasuna se enfrenta al Elche en el Martínez Valero en el partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de La Liga. C.A. OSASUNA
Osasuna se enfrenta al Elche en el Martínez Valero en el partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de La Liga. C.A. OSASUNA

Retales de temporada. Lo más interesante del empate en Altabix fue el planteamiento de Arrasate. La probatina. 5-3-2 ante un equipo claramente asequible. A priori, ante un conjunto superior, habría significado un esquema defensivo. Sin embargo, en futbol, las estrategias resultan a la postre entelequias que los jugadores hacen posibles o no sobre el terreno de juego. En Elche, ni una cosa ni la contraria. Simplemente salió así, con el saldo final de un punto a favor. Positivo.

En partidos de este tipo, sin interés alguno de cara a la clasificación, más allá de primas y primos, destacan las anécdotas, y el de Altabix dejó una ciertamente memorable. Osasuna se adelantó por medio de un penalti de regaliz, de esos que nadie espera pero que el defensor comete como fruto a su torpeza. El Chimi Avila, el gran Ezequiel, el enorme, quiere lanzarlo él. Lógico. Se trata de un delantero ávido de gol que sale al campo ya cansado merced al entusiasmo puesto en el calentamiento.

Ezequiel coloca el balón mimo, pese a que el príncipe Ante Budimir se lo ha pedido. No en vano la pena máxima la ha generado el estilista croata, especialista desde los once metros, y candidato a ser el único osasunista de la historia en marcar en media docena de partidos seguidos. Además, arrebataba al récord a un entredicho de leyenda, Chengue Morales, regalo de Reyes Magos de Pachi Izco que también se deshizo de él colocándolo en Málaga, con Florentino de testigo y Pablo García de pretexto.

El caso es que Ezequiel colocaba el balón, sin oposición alguna de Budimir, un príncipe del fútbol. Pero en éstas Jon Moncayola, grandísmo amigo de Ante, pasó por allí, seguro que no por casualidad, sino para recriminar su actitud al argentino, quien al escuchar las palabras del de Garinoain quedó seriamente trastocado. Una cosa es el egoismo, por sano que parezca, y otra el compañerismo. El gran Chimy no dudó entonces ceder el balón, ya colocado en el punto exacto, a su compañero de referencia.

¡Chapeau a los dos! Corazones grandes, nobles.

Decíamos que lo más novedoso del planteamiento de Jagoba Arrasate fue el de jugar a lo Barça, con dos laterales extremos puros, a lo Dani Albes y Jordi Alba, con el croata en punta y el argentino de mediapunta en libertad de movimientos. El esquema, con el trivote clásico por detrás, es una propuesta a estudiar y mejorar, pero válida. Faltó la tensión de la competición exigente y sobró un contrincante, el Elche, decidido a no jugar al fútbol, con continuadas interrupciones, lamentables absolutamente todas, incapaz de encarar a un conjunto noble como Osasuna.

 Antes de terminar la temporada explicaremos el significado de la palabra ‘noble’. Vaya por delante que alguno, pasillos adentro del club, no la entienden. Ayer Osasuna era uno de los cuatro clubes que todavía no habían felicitado al nuevo campeón de Liga. Marca dixit, Nada se puede hacer contra la pequeñez, el encogimiento de algunos corazones.


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