En un mundo donde las noticias a menudo destacan por actos de deshonestidad y fraude, resulta sorprendente y refrescante encontrarse con historias que celebran la honestidad y la integridad. Tal es el caso de un reciente suceso en Pamplona, donde un gesto anónimo y desinteresado ha capturado la atención y admiración de muchos.
Hace dos años, una vecina del barrio de la Milagrosa de Pamplona encontró cerca de 500 euros junto a un cajero automático en el Segundo Ensanche de Pamplona. Sin dudarlo, entregó el dinero a la Jefatura Superior de Policía de Navarra.
La Policía Nacional, tras agotar todas las posibilidades de localizar al propietario de esa suma y no habiendo recibido ninguna reclamación durante este tiempo, aplicó lo dispuesto en el artículo 615 del Código Civil, que otorga el dinero a quien lo encontró tras un período de dos años.
Durante estos dos años, el Grupo de Delitos contra el Patrimonio de la Brigada Provincial de Policía Judicial llevó a cabo diversas gestiones para identificar al dueño del dinero perdido. A pesar de sus esfuerzos, no lograron dar con su identidad ni se recibió ninguna denuncia por la pérdida o sustracción de dicha cantidad.
Finalmente, la decisión de la policía fue clara. En un acto presidido por autoridades del cuerpo policial, se entregó el dinero a la ciudadana que lo devolvió, cumpliendo así con la normativa legal y levantando el acta correspondiente para garantizar la seguridad jurídica del proceso.
"La entrega de ese dinero, repartido en billetes de distintos importes, no solo cumple con lo previsto en el Código Civil para estos casos, sino que también reconoce un acto generoso y solidario de esta mujer, que no dudó en poner a disposición policial un dinero que no le pertenecía", subrayó en su momento la Policía Nacional en un comunicado.
Este acto de honestidad y civismo no solo cumple con una obligación legal, sino que también nos recuerda la importancia de la integridad y la generosidad en nuestra sociedad.
