El final de la vacunación en un centro residencial navarro sin contagios en toda la pandemia, en imágenes

La residencia de ancianos de Amavir Betelu vacuna a sus residentes con la segunda dosis del coronavirus para conseguir la inmunidad al virus. MIGUEL OSÉS
En su interior disponen de 45 camas, aunque desde hace unos meses dejan una libre para las cuarentenas de los residentes que se ven obligados a salir del centro. MIGUEL OSÉS
El viernes 12 de febrero, un equipo de vacunación acudió para inocular la segunda dosis de la vacuna a los residentes que tres semanas antes habían recibido la primera. MIGUEL OSÉS
Los ancianos bajan a la planta baja y esperan con la separación reglamentaria. Además, acuden por orden de plantas para reducir el contacto y el riesgo. MIGUEL OSÉS
De manera habitual, las vacunas se ponen en el brazo no dominante. Por eso mismo, la mayoría de residentes reciben el pinchazo en el brazo izquierdo. MIGUEL OSÉS
Los rostros de los usuarios varían entre los más alegres y los menos animados, ante un evento que Esmeralda Masó, directora del centro, califica como un momento de "esperanza" e "ilusión". MIGUEL OSÉS
"Vacunar a los más vulnerables es muy gratificante. En muchos lugares lo han pasado muy mal", explica Miren Goñi León, enfermera del Servicio Navarro de Salud . MIGUEL OSÉS
La residencia Amavir Betelu ha sido un centro denominado "0 covid", al no notificar ningún contagio (ni muerte) por Covid-19 en los más de once meses que ya dura la pandemia. MIGUEL OSÉS
Las visitas fueron limitadas, aunque desde la dirección buscaron ofrecer una alternativa a las familias: videollamadas diarias para estar cerca de sus familiares. MIGUEL OSÉS
Algunos han recibido visitas, mientras que otros no. Pero ninguno ha podido salir al bar del pueblo a un comercio. Los contactos se han limitado al máximo. MIGUEL OSÉS
El equipo de vacunación se ha presentado dos horas antes, después de cambiar varias veces la hora de llegada. Algunas trabajadoras, en su día libre, serán vacunadas por la enfermera del centro. No han tenido tiempo de llegar. MIGUEL OSÉS
La directora, a la izquierda, con bata blanca, defiende que su gestión se ha basado en el "sentido común" y la idea, "por encima de todo" de preservar la salud. MIGUEL OSÉS
Las trabajadoras del centro han cargado con la presión y el miedo de introducir la enfermedad en e centro. Ahora, ocho días después de esta vacuna respiran más tranquilas ante la teórica inmunidad adquirida. MIGUEL OSÉS
Parte de los usuarios pidieron a sus familias evitar las visitas. El cerco a la Covid-19 ha sido un trabajo de equipo entre residentes, familias y plantilla. MIGUEL OSÉS
La residencia de ancianos de Amavir Betelu vacuna a sus residentes con la segunda dosis del coronavirus para conseguir la inmunidad al virus. MIGUEL OSÉS
Poco después de recibir el 'pinchazo', varios grupos se sentarán frente a la tele. En otros lugares de España, las televisiones hablan de personas como ellos. MIGUEL OSÉS
"Lo peor ha sido tener a los abuelitos tan retenidos. Ellos notan muchos las visitas, los paseos… anímicamente les afecta mucho", explica Olga García, enfermera de Amavir Betelu. FERMÍN TORRANO
Muchas trabajadoras han aparcado su vida social. Evitan quedar más allá de la unidad convivencial, no van de compras a grandes almacenes ni disfrutan lo poco que permite la pandemia. Estar protegidas es también todo un logro para ellas. MIGUEL OSÉS
Pese a mantener las medidas de seguridad, ocho días después de la visita de Navarra.com y de estas fotografías, en la residencia pueden decir que son inmunes. Ha costado más de 300 días -y los que vengan- pero en Amavir Betelu, empiezana ver el cartel de salida. MIGUEL OSÉS

Tras once meses de pandemia y ningún positivo detectado entre residentes y trabajadores, la residencia de mayores Amavir Betelu se encuentra protegida frente a la Covid-19. Ya han pasado ocho días, desde que un equipo de Navarra.com se adentró en esta residencia para inmortalizar la inoculación de la segunda dosis.

Puedes leer aquí el reportaje completo: En el corazón de una residencia ‘0 Covid’, tras once meses de pandemia y dos vacunas: “Quiero salir corriendo de aquí”

MIGUEL OSÉS