• miércoles, 17 de septiembre de 2025
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Opinión

Palestina no es más que el banderín de enganche, la causa que el PSOE necesitaba para cabalgar el dragón de la violencia y aferrarse al poder. Si mañana la petanca LGTBI diera más votos, colgarían la bandera palestina

Se montan un aquelarre para negar España y acaban escenificando por qué España existe. Toda la vida luchando contra tu propia naturaleza y la naturaleza te pone en tu sitio en un segundo.

Nueva temporada en El Sadar, nuevo entrenador, nuevos ánimos rojillos, nuevo ciclo presidencial y ánimos rojillos renovados; todo ello se aglutinaba en un estadio lleno, como siempre, y temperatura veraniega para presenciar un encuentro que a todos nos parece ya muy importante para Osasuna.

Desde hace meses, los que vivimos en Iturrama y pasamos casi a diario por el colegio público del mismo nombre estamos asistiendo, en riguroso directo, a un espectáculo demencial de derroche de dinero público.

"Su alucinante permisividad en concesiones, sus pactos y torticeras maniobras, utilizando hasta presuntos corruptos como emisarios y negociadores, ha hecho “estallar” la Caja de Pandora e instaurar en España un auténtico caos al que no es ajena la Comunidad Europea".
Lo preocupante es que el Gobierno tampoco lo sepa, o al menos eso pretende hacer creer. Porque con Sánchez nunca se trata de resolver problemas reales: siempre se trata de ganar pequeñas batallas políticas que le permitan resistir.
Nos vamos a convertir en un desierto, insisten, como si las Bardenas no fueran un paisaje cautivador, como si no te pudiera parecer el lugar más hermoso de Navarra.
Con eso es con lo que pacta Txibite en Navarra y Sánchez en el resto España. A ese mundo es a quien le ha regalado la alcaldía de Pamplona el PSOE. Por eso no pueden acudir hoy al acto de recuerdo y arropar a esa familia a la que el nacionalismo vasco, hace 25 años, dejó sin marido y sin padre.
La primera vez que oí hablar a Lisci, el nuevo entrenador de Osasuna, volví a sentirme privilegiado. Pero esta vez no por descubrir algo oculto, sino porque me lo mostraban con puertas y ventanas abiertas, sin esconderme nada.
Todo por el bien de Navarra, ellos siempre trabajando por el bien de Navarra. Y por darle buen nombre, como Santos Cerdán, que, pudiendo vivir en cualquier zona de Madrid, eligió un ático en la calle Hilarión Eslava, barrio de Gaztambide: dos músicos navarros.
Es el tercer radar que más multas pone de España: más de 60.000 al año. Es decir, 60.000 personas pasan por ese punto a mayor velocidad de la permitida por las autoridades y ninguna de ellas ha tenido accidente alguno. ¿Hace cuánto que no hay un leñazo reseñable en Lecumberri?
De bien nacidos es reconocer esa labor con palabras de gratitud y memoria. No fueron solo trabajadores; fueron un pilar invisible, pero esencial, de nuestra democracia. 
Las bullas que nos comemos los pobres ciudadanos que se las tendrían que llevar los hijos de fruta que mandan, me parece que en este caso, el presidente de la Mancomunidad: el que ha malgastado millones en fiscalizar cómo y cuándo tiramos la basura en el contenedor. 

Se lo hemos explicado mil veces, pero no lo ven. El euskofanatismo es así de terco. Tienen su neura en la cabeza, la predican por las esquinas como si existiera y tratan de meterla a martillazos, como los niños que intentan encajar un cilindro en un triángulo.

Siempre tenemos la sensación de que está llegando a su fin porque el momento con más luz del año es su primer día. Es decir: el verano empieza en la cima, en su plenitud, y desde ahí solo le queda descender, apagarse, disolverse en el calendario.
Pero no, esto ha cambiado, las FIFAS, UEFAS y compañías se encargan de promover torneos que exprimen un poco más a los deportistas y llenen las arcas de los gerifaltes del futbol.
"El cachondo (...) de Remírez, el vicepresidente con Txibite que se fue al Senado a seguir mamando dinero público, nos explicaba esta semana que nos quejábamos de vicio. La obra era necesaria, qué más da que fuera irregular su adjudicación al compañero socialista Cerdán!.
En la infancia de mi generación, el final de los Sanfermines era un abismo angustioso. Pamplona cerraba a cal y canto hasta septiembre. Los amigos se iban de veraneo, tú te ibas de veraneo, o a piscinas que no eran la tuya o a pueblos que no eran el tuyo.
Otegi confesó años después que el día que su ideología asesinó a Miguel Ángel Blanco se fue a la playa porque para él era un día normal de verano. Ese es el personaje al que abraza Asirón, el alikate de Irroña, cada vez que puede.
"Es delirante pero comprensible que sea precisamente el alcalde de Pamplona y su partido, vinculado a la órbita de la ETA, quienes lideren los ataques, en vez de la defensa, del mundo taurino, ese tesoro artístico, cultural e intelectual que Pamplona ha guardado durante siglos".
La realidad es que en Pamplona hay cada vez más signos de que la gente está hasta las narices del aberchandalato guerracivilista creado por el PSOE con sus socios Bildu y PNV, un régimen nacido desde el minuto uno para la corrupción.
"Otegi confesó que se reunió con Cerdán a instancias del tal Antxon, de Servinabar, porque le querían hacer una oferta. Y vaya si se la hicieron. A la larga se ha visto que no pudo rechazarla: le convenía. Nos ha jodido si no le convenía que los socialistas le regalaran Pamplona".
La gran traición a Navarra y al electorado socialista del inquilino provisional de Soto del Real fue la negociación con Bildu para la investidura de 2023 que entregó a los 7 concejales del partido abertzale un poder omnímodo en Pamplona.
Hoy por hoy, quien preserva la idiosincrasia excéntrica de Navarra es España, que no solo nos deja ser como somos, a nuestro aire, con muchos aires, en una autonomía foral, y quien la vuelve a atacar son los aberchándales vascos.
Todo esto que llevamos unos pocos denunciando años, y que ahora ha reventado, saltando mierda como un géiser, tampoco hacía falta ser un lince para saber cómo iba a terminar cuando vimos a semejante cuadrilla de anormales del PSOE ocupar el poder en Navarra. Bastaba haber leído a Shakespeare.
Pedro Sánchez llegó al poder en 2018 tras una moción de censura contra Mariano Rajoy, apoyada en la sentencia del caso Gürtel. Años después, el Tribunal Supremo descartó que el PP fuera un partido corrupto y condenó a altos cargos del PSOE por el escándalo de los ERE. Entonces, el presidente evitó asumir responsabilidades.
Quizás Sánchez, cuando fulminó a Santos Cerdán en su representación teatral para eludir su propia responsabilidad, habría recordado la batería de medidas para la regeneración democrática que había propuesto para recuperar en 2016 la secretaría general del Partido Socialista.
Esto parece la historia de nunca acabar. Día tras día aparecen nuevos casos o episodios que hacen que el anterior se diluya, incluso que parezca algo insignificante comparado con lo nuevo conocido. Jamás habíamos presenciado algo igual.
Pasear con un gintonic en vaso ancho de cristal por Pamplona, buscando los hitos del sanchismo de Txibite, superponiéndolos a los grandes logros del PSOE de Roldán y Urralburu, viendo dónde casan, es una maravilla de la memoria histórica. 
Las muertes por accidente laboral, cuando no gobernaban ellos, eran un drama intolerable: maldita derecha que no hace nada, maldito capitalismo, malditos todos. Ahora que gobiernan ellos, solo son una estadística, aunque se hayan multiplicado. Más izquierdismo, más aberchandalismo, más socialismo, más txiringuitos, más muertes, más silencio. La secuencia de siempre.