Osasuna

Como un cohete a Primera división: La brutal conexión entre equipo y afición con Arrasate en el banquillo

Osasuna recibe la copa por el liderato de la Liga 123. MIGUEL OSÉS.

El técnico vasco ha conseguido devolver a la afición rojilla el entusiasmo por su equipo, después de dos campañas negras.

La victoria de Osasuna sobre el Real Oviedo (1-0) no pasará a la historia por su gran fútbol, sino por cerrar una temporada excepcional con Jagoba Arrasate y conseguir el ascenso con mucha más facilidad de lo que el más optimista podía pensar.

Ha sido el broche de oro a una campaña histórica donde los de Jagoba Arrasate han realizado, sobre todo, una segunda vuelta espectacular con una sola derrota. La solidez como local les ha dado el ascenso, gracias a una conexión con la grada como no se ha conocido hace muchos años.

Y eso que el inicio de temporada para nada hacía presagiar el desenlace final. Tres derrotas seguidas fuera de Pamplona en las primeras jornadas, la eliminación de la Copa del Rey a partido único ante el Reus Deportivo en El Sadar y la mala imagen ofrecida provocó todo tipo de dudas.

No obstante, el equipo mejoró poco a poco y le dio la vuelta a la situación. Las victorias seguidas en El Sadar y la solidez del equipo como visitante dio sus frutos y a partir de enero el equipo ya fue imbatible con el único borrón de la derrota en Tenerife (3-2), después de ir ganando 0-2.

Los triunfos como local se convirtieron en una fiesta en la grada y en una costumbre. La afición ha bajado al estadio con el convencimiento pleno de la victoria. Las remontadas eran celebradas y esperadas. Nadie se ponía nervioso. Los triunfos ante el Albacete y Deportivo en Pamplona fueron claves para marcar distancias... con el segundo.

La celebración del ascenso fue un lunes con la derrota del Albacete (0-1) ante el Granada el 20 de mayo, a tres jornadas del final con nueve puntos de ventaja. Han sobrado puntos y jornadas, algo que nadie hubiera pensado, ni el más optimista a comienzos de campaña.