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Una famosa marca elabora una de sus cervezas con lúpulo procedente de una viña centenaria de Olite

Lúpulo obtenido en la localidad navarra de Olite para elaborar una cerveza de la marca Ambar. CEDIDA
El resultado de la cerveza Ambar Terrae es sedoso, complejo en boca y terroso en nariz como consecuencia de la materia prima extraída en la Comunidad foral.

Ambar rinde homenaje al concepto de terroir en su nueva Ambiciosa: Ambar Terrae. Una cerveza elaborada con lúpulo de una viña centenaria que traslada la personalidad única del cultivo y de quienes lo trabajan.

Arropada por las maltas de cuatro cereales (cebada, avena, centeno y trigo), el lúpulo, que proviene de una viña centenaria ubicada en la localidad navarra de Olite, es el hilo conductor de esta cerveza de amargor amable, fruto de la frescura de la flor y de la delicadeza con la que se ha trabajado.

De las variedades Cascade y Columbus, ha sido trasladado directamente desde el campo a la fábrica, y utilizado directamente en flor, con una manipulación mínima, en un proceso de molienda a baja temperatura. 

"Cada civilización enriquece la tierra que trabaja, y de ello se beneficia la siguiente generación que habita en ella", explica Antonio Fumanal, maestro cervecero de Cervezas Ambar. Así, aquellos que cuidaron y cuidan de la vid en esta localidad navarra, han hecho posible que el lúpulo empleado en la elaboración de Ambar Terrae se nutra de todas las propiedades de este terreno excepcional.

El resultado de Ambar Terrae es sedoso y complejo en boca y terroso en nariz.

En la mesa, Ambar Terrae consigue maridar a la perfección con propuestas otoñales e invernales. Tanto guisos sencillos como platos y productos de temporada (calabaza, setas, caza…) resultan perfectos para acompañar con esta cerveza, nada estridente y extremadamente suave al paladar.