Guillermo Hermoso de Mendoza firma una histórica tarde de San Fermín con tres orejas y un rabo en Pamplona
El rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza, que cortó el rabo al último toro del festejo de este domingo, ha logrado mantener el testigo familiar en la tarde de toreo a caballo de los Sanfermines, que por primera vez en 27 años no contó en los carteles con el nombre de su padre, Pablo Hermoso de Mendoza.
Esa herencia, la que el gran jinete de Estella labró durante casi tres décadas en una plaza en principio extraña para el rejoneo, la retomó hoy su hijo Guillermo para poner sobre el ruedo de la monumental pamplonesa lo mejor de una corrida en la que varios toros de los hierros de Niño de la Capea pusieron las cosas fáciles a los jinetes.
Y en especial el sexto, "Veleto" de nombre, que galopó incansable tras las cabalgaduras del joven jinete dinástico en una faena vibrante y con la que marcó amplias diferencias con sus compañeros, ya que ante la bravura del astado él opuso el temple y la valentía de "Berlín", la estrella de su cuadra, sobre el que lo templó, lo redujo y lo quebró con ajuste en un gran tercio de banderillas, en el que no faltaron las "hermosinas" que patentara su padre.
Tras un par a dos manos por los adentros sobre "Generoso", también muy apretado, el colofón de la faena llegó con un rejonazo en todo lo alto que tuvo efectos fulminantes en apenas unos segundos, desatando así la petición algo excesiva del rabo que concedió la presidencia, al mismo tiempo que la merecida vuelta al ruedo al toro de Carmen Lorenzo.
Antes, Guillermo había cortado una primera oreja del tercero, que se reservó con menos fondo pero al que supo encelar perfectamente con la grupa de sus caballos para mantenerle algo más tiempo en una lidia que el navarro cumplió con oficio para acabar paseando ese benévolo trofeo.
Otra oreja más fue a parar a manos del también navarro Roberto Armendáriz, en concreto tras su labor con el cuarto de la tarde, que amagó con rajarse en el primer tercio pero acabó yendo a mejor en banderillas, aunque sin demasiada fijeza. El jinete de la tierra lo lidió con la misma corrección y el escaso ajuste con que se aplicó con el que abrió plaza, que fue, con sus finas hechuras, uno de los "murubes" más destacados.
Con ambos también recurrió Armendáriz a quitar la cabezada a uno de sus caballos estrella, el castaño "Rubí", solo que manejándose con un cable al cuello del equino y para clavar no a dos manos sino una sola banderilla en cada encuentro, con mucho espacio entre toro y cabalgadura. Solo el mayor acierto con el rejón de muerte en su segundo motivó la petición y concesión de esa oreja de poco peso.
Y de vacío se fue Lea Vicens, quien, pese a contar con el favor del tendido, tuvo una tarde desacertada en su debut en Pamplona. Después de que su primero se inutilizara casi de salida al rematar en un burladero, con el cambio del sobrero la francesa acabó lidiando dos toros del hierro de El Capea, ambos con movilidad y entrega.
Aun así, la amazona francesa se manejó mejor a la hora de torear y encelar a ambos que a la de clavar banderillas, con pasadas en falso, escaso ajuste y repetidos fallos, abusando también del trabajo de sus auxiliadores con el capote, especialmente a la hora de preparar a los toros para entrar a matar, cuando también marró reiteradamente. Y todo por mucho que, con un tanto de desahogo, se marcara en su primero una vuelta al ruedo por su cuenta.
FICHA DEL FESTEJO
Cuatro toros de Carmen Lorenzo y dos de El Capea (2º, como sobrero de uno de Lorenzo que se inutilizó, y 5º), despuntados para rejones. Con disparidad de volúmenes y hechuras, dieron un juego muy completo para la lidia a caballo, con movilidad y ritmo, salvo el tercero, que se reservó más, y el cuarto que amagó con rajarse. El sexto, "Veleto" de nombre, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Roberto Armendáriz, con chaquetilla blanca y bordados negros: tres pinchazos y rejonazo caído (silencio); pinchazo y rejonazo contrario (oreja).
Lea Vicens, con chaquetilla burdeos y bordados en azabache: pinchazo, medio rejonazo perpendicular, medio rejonazo trasero barrenando y descabello (vuelta al ruedo por su cuenta); medio rejonazo perpendicular barrenando y dos descabellos (ovación).
Guillermo Hermoso de Mendoza, con chaquetilla grana: pinchazo, rejonazo bajo muy trasero y descabello (oreja); rejonazo trasero (dos orejas y rabo). Salió a hombros por la Puerta del Encierro.
Segundo festejo de abono de la feria de San Fermín, con lleno en los tendidos (unos 19.000 espectadores), en tarde de buena temperatura.