Sociedad

Aseguran que el 35% de los navarros tenía pensado irse de vacaciones durante la semana santa

Una mujer leyendo un libro en una playa durante las vacaciones. Archivo.
Consumidores Irache invita en estas fechas a reflexionar sobre nuestras prioridades y valorar lo que tenemos durante la crisis sanitaria.

La asociación de Consumidores Irache asegura que antes de la aparición del coronavirus y del consiguiente establecimiento del estado de alarma, el 35% de los navarros ya había decidido irse de vacaciones durante la Semana Santa, mientras que había un 18% que aún no lo había decidido y un 47% que tenían claro que no iban a moverse de casa.

De los que sí iban a viajar, un 49% lo iban a hacer lo iban hacer a otra comunidad autónoma, un 34% a otra localidad navarra distinta a la de su domicilio habitual y un 17% se iba a ir al extranjero. Obviamente, todos estos planes se han visto truncados con la nueva situación.

Mejorar la planificación al comprar y dar valor a objetos en el hogar que estaban olvidados

En cuanto al consumo, esta situación tan complicada también puede servir para aprender o poner en práctica ciertos hábitos o capacidades. Así, esta situación nos puede ayudar a planificar mejor las compras de alimentación, calculando mejor la comida, llevando a cabo mejores prácticas de conservación y evitando un excesivo despilfarro.

Asimismo, también nos puede ser útil para dar valor a cosas que teníamos en casa sin darles ninguna utilidad y que, con el confinamiento, nos pueden servir para hacer diferentes actividades o entretenernos.

Desarrollar la creatividad y reflexionar sobre nuestra forma de consumir

En este sentido, la cuarentena puede ser una situación que nos ayude a dar rienda suelta a nuestra creatividad para pensar juegos o actividades con objetos en desuso comentados anteriormente.

Asimismo, se puede aprovechar para hacer en casa labores de bricolaje o restauración y arreglar cosas que no funcionaban o dejarlas con mejor aspecto.

Todo ello nos puede llevar a darnos cuenta de que muchas cosas que antes comprábamos quizá no eran tan imprescindibles como pensábamos. Esta reflexión nos puede ayudar a llevar a cabo un consumo más crítico y responsable con el entorno económico, social y medioambiental.