Las cinco impresionantes cascadas para disfrutar en Navarra esta primavera
La llegada de la primavera y del buen tiempo a Navarra invita a salir de casa y recorrer la geografía de la Comunidad foral descubriendo nuevos paisajes.
Entre las decenas de maravillas que hay en toda Navarra y muy cerca de Pamplona se encuentran las cascadas naturales. Son parajes totalmente naturales y de fácil acceso, además, a muchos de ellos se pueden acceder en coche.
También, gracias a la diversidad navarra se pueden visitar otros lugares cercanos aprovechando el viaje.
CASCADA DE XORROXIN
La cascada de Xorroxin es una de las más conocidas y visitadas de Navarra. Se encuentra en el Valle del Baztán y a una hora en coche desde Pamplona.
Desde la propia página web del Valle del Baztán proponen un itinerario que dura 2 horas aproximadamente y tiene una distancia de 7,5 kilómetros. Se trata de un trazado circular de Erratzu-Xorroxin-Gorostapolo-Erratzu.
Debido a la alta afluencia de coches durante los meses del buen tiempo, es necesario reservar una plaza en el párking, también para visitar el castillo de Amaiur. La reserva es gratuita pero obligatoria.
Además, la cascada de Xorroxin está cerca de Elizondo, uno de los pueblos más conocidos de este valle y que ofrece numerosos puntos de interés de visita.
CASCADA DE BELABARZE
Otra de las cascadas populares de Navarra es la de Belabarze que se encuentra en el Valle de Isaba a una hora y media en coche desde Pamplona.
Sus paisajes son típicos de montaña del Pirineo Navarro. La ruta más común se realiza desde el emblemático pueblo de Isaba. Este camino recorre nueve kilómetros en un trazado circular y tiene una duración de 3 horas.
Además, esta ruta recorre lugares de la zona con sitios muy interesantes como Puente de Otsindundua, Puente romano o la Cueva de Ibón.
En esta cascada también mucha gente se aventura a bañarse aunque sus agua tenga una temperatura muy baja característica del Pirineo Navarro. Si vas acompañado de niños esta ruta podrás hacerla en familia, y es que el camino está en buen estado. Sin grandes desniveles esta ruta gustará, tanto a grandes, como a pequeños.
Tras realizar la ruta, en Isaba o en cualquiera de los pueblos del camino se puede parar a reponer fuerzas y degustar la mejor carta gastronómica de la zona.
CASCADA DE ARRAKO
Un rincón cerca de la cascada de Belabarze y en el Valle de Belagua es la cascada de Arrako, un lugar pequeño pero con mucho encanto.
En la ruta de la Cascada Arrako, cruzarás hayedos, pinares, barrancos hasta llegar al barranco de Arrako, desde el que podrás admirar la naturaleza en su máximo esplendor.
Hay una vuelta circular que comienza y termina en la Venta de Juan Pito, un lugar adecuado para terminar y volver a coger fuerzas.
Este camino tiene una distancia de 5 kilómetros y tiene zonas un poco complejas pero no difíciles de pasar. Depende del ritmo, pero la ruta se puede realizar en menos de dos horas.
Una vez en la cascada de Arrako la roca que se encuentra enquistada entre dos paredes te sumergirá en un mágico paisaje haciendo que sea el rincón favorito de muchos montañeros navarros.
CASCADA DEL CUBO
Un rincón nuevo que puedes descubrir en Navarra es la Cascada del Cubo, en plena Selva de Irati, el segundo hayedo-abetal más extenso de Europa. Una de las rutas comienza en el parking Casas de Irati, que tiene un coste de 5 € por turismo, a cambio te dejan aparcar y te facilitan un mapa de la zona.
Esta ruta recorre nueve kilómetros en un trazado circular y la duración aproximada es de tres horas. También pasa la senda temática Errekaidorra. Si una de tus actividades favoritas es el senderismo, no descartes esta ruta, disfrutar de la naturaleza así es un verdadero espectáculo.
Dada la alta afluencia de gente en la Selva de Irati, esta zona cuenta con decenas de opciones para parar después y coger aire.
Cascada Artazu
La casca de Artazu se encuentra en la zona del Nacedero de Arteta, a 40 minutos en coche. Existe una ruta circular de dos kilómetros muy sencilla que dura unas dos horas aproximádamente.
El Nacedero de Arteta es una de las salidas naturales del acuífero de la Sierra de Andía, que forma un espectacular paisaje de aguas cristalinas, cascadas, vegetación y relieve kárstico.