Navarra tiene dos nuevos sacerdotes: los jóvenes que han tomado el hábito
Este sábado, se han ordenado en Roma 20 nuevos sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei, que proceden de 11 países distintos. Entre ellos hay dos navarros: Ramón Díaz Perfecto y Daniel Callejo Goena.
El cardenal británico Arthur Roche, Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, les ha conferido la ordenación sacerdotal en la basílica romana de San Eugenio, que estaba abarrotada de familiares y amigos de los nuevos presbíteros.
También asistió a la ordenación Mons Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei. Durante la ceremonia se recordó especialmente al Papa Francisco, recientemente fallecido, y al Pontífice León XIV. Los nuevos sacerdotes han vivido en la capital italiana jornadas históricas en estas últimas semanas.
Ramón Díaz nació en Pamplona en 1996. Vivió en Tudela hasta los diez años y luego en la capital navarra hasta los dieciocho. "Al cumplir la mayoría de edad –ha declarado– me trasladé a Hungría para cooperar con la misión evangelizadora de la Iglesia, impulsando las labores apostólicas del Opus Dei, concretamente una residencia universitaria. Durante el primer año me dediqué totalmente a aprender el idioma. Después cursé el grado de Física y un máster en Astronomía".
Cuenta que mientras cursaba el postgrado comenzó a intuir una posible llamada al sacerdocio, "un nuevo modo de servir a Dios dentro de mi vocación como numerario del Opus Dei".
Por otro lado, es aficionado a escribir. Hace dos años publicó la novela Tarsicio y los leones, dirigida a un público juvenil e infantil, acerca de la vida de este joven romano que dio su vida por ser coherente con la fe. Ahora tiene en cartera dos nuevos libros, uno sobre San Miguel de Aralar y otro con siete historias de conversión.
DEVOLVER AUNQUE SEA UNA PEQUEÑA PARTE
Por su parte, Daniel Callejo Goena nació en Pamplona y vivió en Zizur Mayor hasta los 18 años, cuando se trasladó a Barcelona.
Allí estudió en la Universidad Politécnica de Cataluña y después trabajó como ingeniero desarrollando impresoras de gran formato. Durante esos años también se dedicó a actividades de formación cristiana con gente joven.
“Salir de mi ciudad natal –cuenta Daniel– y entrar en contacto con gente de procedencia diversa, primero en Barcelona y luego en Roma, me ha enriquecido mucho y me ha ayudado a valorar la riqueza de la Iglesia y de la vida cristiana encarnada en circunstancias distintas”.
Tras cambiar la ingeniería por los estudios de preparación para el sacerdocio, ahora está realizando un doctorado en Filosofía. Piensa que toda su formación técnica y académica, así como sus experiencias profesionales y personales son elementos que aportan en su futura labor como sacerdote.
“Estoy ilusionado con servir a los demás fieles cristianos en las diferentes labores del Opus Dei y con transmitir la alegría del Evangelio”. Añade que ha recibido mucho de Dios y que espera poder devolver aunque sea una pequeña parte.
Los sacerdotes conocerán pronto sus primeros encargos pastorales, donde podrán colaborar en la tarea de aportar esperanza, en un mundo sacudido por guerras y conflictos, como viene señalando el Papa León XIV desde su elección.