SOCIEDAD

Una tormenta 'apedrea' Navarra: Liédena, Sangüesa y Yesa valoran los importantes daños tras la descomunal granizada

Consecuencias de la fuerte granizada en Liédena y Yesa. CEDIDA

"El ruido era ensordecedor" señala el alcalde de Liédena, una de las zonas más afectadas por la granizada.

Ventanas y tejados rotos, lunas hechas añicos, huertas arrasadas y ramas por las aceras. Las localidades navarras de Liédena, Yesa y Sangüesa hacen durante este martes 8 de agosto balance de daños tras una descomunal granizada que cayó en la zona a las 10 en punto de la noche de ayer lunes.

Los vecinos de las diferentes localidades coinciden en que la tormenta de granizo no llegó a los 10 minutos pero parecía no terminar. "El ruido era ensordecedor" señala Ricardo Murillo, alcalde de Liédena, una de las zonas más afectadas por la granizada. Murillo ha explicado como al terminar la tormenta los vecinos salieron a la calle para ver como había quedado el pueblo. "No hubo que llamar a emergencias pero sí a los seguros, en mi casa las bolas rompieron el tejado hasta el punto que había goteras".

Los coches han sido los peor parados durante la granizada en la que no ha habido que lamentar daños personales. "Salimos a la calle y vimos los coches con las lunas rotas, no rajadas, ya no había cristales", explica Murillo "Aquí tuvimos lo más gordo, eran como pelotas de tenis sin exagerar" añade. Liédena amanecía con ventanas rotas, el frontón inundado tras romperse los lucernarios de metacrilato, los canalones agujereados y los coches abollados y sin cristales. Había incluso vehículos con agujeros en la chapa.

Desde el ayuntamiento de Sangüesa, otra de las localidades gravemente afectadas explican que "Empezó una tormenta muy fuerte unos diez minutos antes con truenos y mucho viento y después empezó a caer un poco de granizo que fue a más, cayendo bolas del tamaño de huevos". También en Yesa han tenido que lamentar daños en al menos media docena de vehículos aparcados en la calle y varias ventanas rotas.