SOCIEDAD

La médica invisible en Navarra que ha diagnosticado cientos de cánceres sin que sus pacientes la conocieran

Foto de la doctora Guarch con sus familiares. De izquierda a derecha en la fila superior: Rosa Ordoki (hija), Luis Ordoki (esposo), Ignacio Ordoki (hijo), Gonzalo Manubens (ahijado) y Marcus Moore (yerno). En la fila inferior: Rosa Guarch; Antonio Guarch (padre), Mari Carmen Guarch (hermana). GOBIERNO DE NAVARRA

El reconocimiento destaca la trayectoria de la especialista en Anatomía Patológica del Hospital Universitario de Navarra, que ha reivindicado la importancia de su disciplina.

La doctora Rosa Guarch Troyas, especialista en Anatomía Patológica y vinculada durante décadas al Hospital Universitario de Navarra, ha recibido el Premio Sánchez Nicolay a las Buenas Prácticas Médicas, otorgado por el Colegio de Médicos de Navarra. La entrega del galardón ha tenido lugar este jueves 16 de octubre en el Salón del Trono del Palacio de Navarra, en un acto presidido por el consejero de Salud, Fernando Domínguez, y el presidente del Colegio de Médicos, Tomás Rubio.

Guarch, que se jubiló en 2024, ha sido reconocida por una trayectoria marcada por la vocación, la ética profesional y su aportación a una especialidad “tan esencial como poco visible”, según ha destacado Domínguez. El premio, en su decimoquinta edición, reconoce la labor de quienes han contribuido a la mejora de la atención sanitaria en Navarra a través de su compromiso con las buenas prácticas médicas.

Durante la ceremonia, en la que también participaron Piva Sánchez Antón, hija del doctor Sánchez Nicolay, y la gerente del HUN, Estrella Petrina, se destacó la profunda dedicación de la premiada. Petrina definió a Guarch como “una gran defensora de la sanidad pública, optimista y agradecida, que ha finalizado su carrera con la misma ilusión del primer día”.

El consejero de Salud subrayó la “vocación de servicio infinita” de la doctora Guarch y puso en valor el papel fundamental de los patólogos: “El diagnóstico certero del patólogo permite iniciar el tratamiento adecuado; un error puede marcar un futuro incierto”. También reconoció la labor de todo el personal de Anatomía Patológica, cuya tarea, según señaló, “no siempre es suficientemente reconocida”.

En su intervención, la doctora Guarch agradeció el apoyo de su familia —con mención especial a su padre, de 100 años, y a su madre, recientemente fallecida—, así como el de sus compañeros del Hospital Virgen del Camino y del Hospital Universitario de Navarra. Recordó también al doctor Eduardo Urbiola, fallecido hace 17 años, y expresó su gratitud hacia la Sociedad Española de Anatomía Patológica.

Guarch aprovechó su discurso para reivindicar su especialidad, “la gran desconocida de la medicina”, señalando que “cuando un paciente recibe un diagnóstico de cáncer, pocas veces conoce al patólogo que lo ha confirmado, aunque sea una figura esencial en su tratamiento”. También destacó la evolución tecnológica del área en los últimos años, con la incorporación de biomarcadores, clasificaciones moleculares y herramientas de Inteligencia Artificial que han revolucionado el diagnóstico y pronóstico de los tumores.

Como mensaje final, dirigió unas palabras a las nuevas generaciones de médicos: “Que nunca olviden que detrás de cada diagnóstico hay una persona y que la precisión de su trabajo puede cambiar vidas”.