No te asustes, niño precioso

Un niño observa la luna.

Y fue en esta tarde de invierno,

-paseo la fría estación, pues el tren no espera-,

cuando en la infantil orilla

el niño cavaba la limpia arena.

¡Este agro pensar que por ti tengo!

¡Esta luz mía que hacia ti vuela!

El niño cava buscando un destello…

Yo arrodillo mis pies en tierra.

…y mis uñas ya son buscarte.

A dentelladas me comía la playa entera.

No te asustes, niño precioso.

Ya la luna te mece.

Ya eres polvito de estrellas.

Escarbo en mis versos.

Agujereo mis letras.

En esta triste tarde de invierno…

Esta luz mía que hacia ti vuela.