El Principito visita Sangüesa
Siempre pienso en haber sido el amigo de El Principito, ese amigo que solo hubiese estado en su pequeña cabeza y que visitaba todos los planetas escondido en su pelo rubio rizado.
Tener pequeñas discusiones con él.
Decirle que los niños grandes han crecido, que ya no son aquellos que jugaban en la calle, aquellos que hacían rabiar a su madre porque no querían comerse la comida, los mismos que lloraban porque no les compraban el juguete que querían ni los mismos a quienes besaban en la frente sus padres cuando soñaban que viajaban en barcos de piratas o recorrían el océano montados en un delfín o en el hocico de una ballena blanca y muy grande que se llamase Espumita.
Estoy casi casi convencido de que no me hubiese entendido.
Seguro que me hubiese dicho algo así como…
¿Cómo es posible que, estando siempre contentos, riendo, soñando, bailando sin música, se les haya olvidado que un día hicieron todo eso?
Seguro que replicaría. Estoy casi seguro de ello.
Le haría ver que, con los años, nacen las responsabilidades, las preocupaciones, que ese niño o esa niña se hacen un hombre o una mujer y que, de vez en cuando, recuerdan que fueron pequeños, pero que, como no piensan en ello por todo lo anterior, siguen con su vida, con su día a día.
Ya no pasan por delante de los columpios y se suben al tobogán, ni se ponen la corbata en la frente y se llevan la mano a la boca imitando el grito de guerra indio.
Sin embargo, aún les queda una oportunidad.
Aún pueden volver a ser niños.
Desde el pasado 23 de octubre y hasta casi finales de este mes de noviembre pueden personarse en la Casa de Cultura de Sangüesa y disfrutar de la exposición que lleva por título, El Principito en el mundo.
La sangüesina, Mertxe Ibáñez Sola, lleva coleccionando ejemplares de El Principito desde 2012 y, en esta exposición, quiere mostrar la obra de Antoine de Saint-Exupéry editada en diferentes formatos (para niñas y niños, braille, puzle, pop-up) y en más de 660 lenguas, dialectos y transcripciones (al lenguaje de la película Star Wars).
¡Tiene más de 1.000 ejemplares en su colección!
En la muestra también encontrarán carteles con las imágenes de distintas portadas y alguna página interior para que se aprecie el tipo de escritura con otros caracteres que no son habituales.
El Principito es uno de mis mejores amigos.
Si no lo conocéis, es vuestra oportunidad a través de esta exposición.
Es pequeño, rebelde, impulsivo… es un niño.
¡Tú lo fuiste un día!
Dentro de cada uno de nosotros, jóvenes y mayores, está escondido él.
Cerrad los ojos por un momento y recordad cómo erais hace tres años, quince, cincuenta, setenta, noventa… y venid a disfrutar de este paseo con El Principito.
Creo que es el momento de que te reencuentres con el niño o la niña que un día fuiste.
Ya sabes.
Te está esperando.