'Soy Nevenka': Caperucita y el lobo

Icíar Bollaín y los dos protagonistas de la película Soy Nevenka
Tras el exitazo de 'Maixabel', Icíar Bollaín retoma las historias basadas en hechos reales. 

Aunque conozco mucha gente para los que las películas basadas en hechos reales son su género favorito, yo soy reacio a este tipo de historias. A menudo me resultan o bien parábolas encorsetadas con un mensaje muy claro o un producto sensacionalista con miradas aseguradas. Siempre hay excepciones y uno nunca sabe, una de mis películas favoritas es 'La red social' (2010). Cómo de veraz sea no me importa tanto como que haya varias verdades y no sola una.

Sinopsis: En el año 2000, Nevenka Fernández, de 24 años, concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Ponferrada, sufre una persecución implacable, tanto sentimental como profesional, por parte del alcalde, un hombre acostumbrado a hacer su voluntad en lo político y en lo personal.

'Soy Nevenka' es un drama bien contado pese al poco entusiasmo de una historia con poca incertidumbre. El drama está sostenido principalmente por la pareja de actores protagonista. Para bien y para mal la directora no se entromete, con esto consigue que uno no se sienta manipulado, pero tampoco muy conmovido. No hay mucho que interpretar en 'Soy Nevenka', quizás lo más sutil sea la relación de la protagonista y su madre, el resto interpretan una sola faceta: o con Nevenka o contra ella.

Precisamente lo que más reacciones generó en el público del Festival fue cuando nos mostraron cómo se contó esta historia en los medios. Esto provoco mucha indignación ya que se ponía en duda a Nevenka como víctima: '¿cómo se dejó acosar?' Aunque causa reacción, han pasado 25 años, claro que no miramos igual los casos de acoso. La práctica de mirar al pasado con superioridad me resulta bastante ingenua. Todo está contado de forma tan clara y directa que poca polémica puede generar.

La cinta está justificada si con ello se coloca a la actriz protagonista, Mireia Oriol, en primera línea de las actrices jóvenes españolas. Oriol muestra de forma impactante ese deterioro mental de la paranoia y de la absoluta incertidumbre de con qué versión del agresor se encontrará.

Está muy bien representado el carisma del alcalde (Urko Olazabal) pero también por su capacidad de mostrar una intimidación creíble que impacta, pero no sobreactuada. ¡Qué refrescante ver dos protagonistas desconocidos en una película española de esta factura! Por último, es sorprendente cuánto de thriller hay en las idas y venidas de un ayuntamiento.

Se presenta a competición oficial en San Sebastián y se estrenará en cines el 27 de septiembre.