Los aberchándales hacen con sus borregos lo que quieren

Multitudinaria manifestación con miles de personas por las calles de Pamplona bajo el lema `Paremos el genocidio en Palestina. Fin al comercio de armas y a las relaciones con Israel". La movilización estaba convocada por la plataforma 'Yala, Nafarroa con Palestina' e integrada por colectivos, ONGs, partidos políticos, sindicatos y personas a título individual. IÑIGO ALZUGARAY
La nueva moda primavera/veranoak es llenar pueblos y alrededores de banderas palestinas. Lo tienen todo forrado: balcones, farolas, paredes, carreteras, puentes, montes.

Cuando era joven, despachaba el asunto con un “menuda panda de gilipollas”. Ahora, que soy un señoro con mariconera en la muñeca y jersey por los hombros en playa nudista, me descojono y gano en salud. En euskera, ¡aúpa Osasuna!

El otro día, por exigencias del guión, me tocó hacer turismo político. Una amiga forastera quería ver aberchándales en su hábitat, así que la llevé a dar una vuelta por territorio Komantxe.

El avistamiento de aberchándales es como ir con prismáticos a ver pájaros a la laguna de Pitillas o a la puerta de las sedes del PSOE: una actividad que mis amigos de fuera me piden cada vez que visitan Nafacroa. Como ir a Kabartzeno, pero con más risas.

La nueva moda primavera/veranoak es llenar pueblos y alrededores de banderas palestinas. Lo tienen todo forrado: balcones, farolas, paredes, carreteras, puentes, montes. El trabajazo que se han tomado es para verlo. Les tocan el pito –único acto heterosexual permitido en el aberchandalato– y a cubrirlo todo de pintadas, pancartas y banderas. Ahora es Palestina, pues Palestina; mañana será otra cosa.

Mi amiga, ingeniera y, por lo tanto, friki de los datos, miró en Google Maps: más de 5.000 km separan Alchachua de Gaza. “¿No tendrán algo más cercano de lo que ocuparse?”. “No, claro”, le dije. “Esto no va de solucionar nada. Va de tener a su gente entretenida con causas absurdas, cuanto más lejanas, mejor.”

Es curioso este rollo de la eterna lucha. Si te fijas, no son zonas donde entre mucha gente de fuera a la que evangelizar. Son mensajes de ellos para ellos mismos, con el objetivo de mantener la sociedad tensionada y rentabilizarlo en votos. Antes lo tenían fácil: no gobernaban, así que pegaban contra los poderes sin mayor problema. Pero ahora se les ha complicado el asunto, que desde hace una década los aberchándales son los poderosos en Navarra e incluso socios del PSOE en Moncloa. Necesitan un inútil puente sobre el río Kwai que construir para mantener a la tropa con la moral alta.

Como no pueden ciscarse en sí mismos, buscan causas inútiles a 5.000 km.

Por ejemplo, para que Pernando Barrena se haya forrado en Europa –unos 600.000 € se gana por allí en una legislatura, entre chistus y flautas–, un pringado aberchándal de un valle arruinado tiene que pintar una bandera palestina en un túnel de la autobia. Y así nadie le pide resultados reales, como mejorar la vida en esos valles.

Tras una década de gobierno aberchándal, la Barranca está más en ruinas que nunca, y como no pueden admitir que han empeorado las cosas, toca buscar una causa lejana por la que “luchar”, es decir, por la que no hacer nada. No vaya a ser que el rebaño de ovejos latxos empiece a cuestionarse cosas de aquí, de nosotros, y la liemos.

Imagina la vanalidad del asunto si llegas a un pueblo remoto de Mongolia y ves pancartas diciendo: “Ez al cierre de Sunsundegui. Gobiernotua de Nafacroa, culpable. Txibite y batasunos, kanpora”.

Pues eso. Lánzales un señuelo absurdo y a vivir los dirigentes aberchándales con sus sueldatzos públicos. Porque, si la gente empieza a pensar, podría recordar que con UPN txapoteaban en el mismo estercolero ideológico aberchándal, pero al menos había trabajo.

¡Contra la derecha navarra y española, la Barranca era más próspera, había más pasta en los bolsillotuas e incluso se podía protestar! Ahora, ¿quién va a Irroña a ciscarse en Txibite y llamarla inútil si nuestros jefes aberchándales no nos dejan porque somos sus socios? Que vuelva UPN ya. Y eso es todo.