Txibite, la rubia que no sabia nada pero mandaba todo
Últimamente estoy muy cantarín y ando con este estribillo de Los Planetas a todas horas: “Santos que yo te pinte, demonios se tienen que volver.” Y se volvieron, claro, cómo no se iba a volver un demonio Cerdán, que para seguir robando pacta con el partido de la ETA.
Por ahora tenemos a Coronalzorriz escondido, que no ha dimitido de lo que le da los dineros, ser parlamentario, y a Cerdán luchando contra el cambio climático en la cárcel de Soto del Real, es decir, a la sombra, una gran temporada. Txibite, jugando la carta feminista de “yo soy rubia y tonta,” pese a ser la que manda en Navarra, la presidente, ojo, no se enteraba de nada y nada decidía. Todo se le daba dado. Ya. Claro. Por los cojones, que es una forma elegante de decir: no. Maravilloso espectáculo.
Cuando UPN le ofreció al PSN sus votos a fondo perdido para sacar los presupuestos de Navarra, para que no estuvieran manchados con sangre, también de compañeros socialistas, Txibite los rechazó, con asco. El pacto con el partido de la ETA y demás aberchándales había venido para quedarse, nos anunció. Ella prefería hacerse la foto anual con el ideólogo sanguinario Araiz. Confieso que yo era de los pardillos que creía que detrás solo había ideología: estamos más a gusto con los etarras que con los que sufrieron el terrorismo.
Ahora empezamos a ver, además, que las noticias van por ahí, que había tinglado. Las ramificaciones de las investigaciones ya apuntan a que los aberchándales estaban en el ajo, en la pasta cabronara. Diez años de chanchullos y corrupción, para esto nos trajeron la ikurriña, esa inmensa, la que colocaron frente al ayuntamiento aquel chupinazo que suspendieron, para ocultar lo que pasaba.
Si en el mayo del 68 parisino, debajo de los adoquines estaba la playa, en la década del aberchandalato del PSN, partido de la ETA, de las nueces de la ETA y Podemitas varios, debajo de la ikurriña solo había ladrones. Todos en el ajo: Txibite/Barkos en la diputación, Hualde en el parlamento, consejeros varios en sus consejerías y Asirón en el ayuntamiento de Irroña. Una década dedicados a la corrupción, cada uno en su parcela: unos corrupción social, otros corrupción económica, y ya iremos viendo si no de las dos, como la película que ganó hace un par de años el Oscar: Todo a la vez en todas partes.
¿Dónde está Kontuz!, aquella asociación aberchándal que nos decía que había venido a combatir la corrupción y que desapareció en el primer minuto tras la instauración del aberchandalato? Me gustaría saber cuánta pasta en subvenciones se llevó. ¿Dónde están los próceres de la cultura foral, tan preocupados siempre por el bien común, denunciando este sistema que montaron los suyos para saquear económica y moralmente Navarra? Dónde van a estar, pues luchando en Gaza o salvando focas en el Ártico, cuanto más lejos mejor, donde baste para ser buena persona decir: “Hay que ver, hay que ver lo mal que lo están pasando estos pingüinos.” Y denunciando el capitalismo, mientras viven amorrados a la manguera de dinero público de las concejalías de festejos. Es decir, callados como sobrinas de Ábalos, las que se enrollan que te cagas.
Qué puta mafia, colega. Cantemos, que es de lo poco que podemos hacer. A ver si nos tocan esta de Los Planetas en el Flamenco on Fire. Grandiosa actuación va a ser esa a finales de agosto. “Yo no tengo la culpa de que te fumes (mi) plata. A veces me pregunto de quién será el fantasma que te ha tapado los ojos para qué no veas nada…”
Que en Navarra nadie sabía nada, aunque lo sabíamos hasta los que paramos poco por Pamplona y no hacemos ninguna vida social en ella. “Santos que yo te pinte, demonios se tienen que volver.”
La vida consiste en que los fachas siempre tenemos razón. Que esto llevábamos denunciándolo años. Una vez más queda demostrado. Y eso es todo.