La Navarra de Chivite: despidos y subvenciones

Los comité de empresa de las compañías Nano Automotive, Siemens-Gamesa, Sunsundegui, BSH, Tasubinsa, Tenerías Omega y Volkswagen Navarra convocan una manifestación en defensa de la industria en Navarra EFE/ Jesús Diges
Ahora ya solo trabajas para pagar impuestos. ¿Impuestos que van a dónde? Coge el Boletín Oficial de Navarra y empieza a ver el listado de subvenciones y tiembla.

Despidos. No hay día que te levantes y no veas una noticia de estas. Otra empresa que cierra en Navarra y manda a la gente a la calle. Más despidos. La Navarra de Txibite va como un cohete. Un cohete de aquellos de feria de cuarta que pintaba Ibáñez en sus tebeos de Mortadelo y Filemón, arrugados e inservibles, tirados en una esquina de la viñeta.

Pongo la radio y ahí está Txibite con el piloto automático diciendo las chorradas de siempre ante estos casos: "Estamos trabajando muy duro para recolocar a todos los trabajadores" y blablablá. ¿Dónde los recolocará, en alguna asociación de esas que se forran recibiendo dinero público a costa del euskera, por ejemplo, porque en industria útil no hay?

-¿A qué os dedicáis? 

-A no hacer nada, pero en euskera. 

-Tomad estos miles de euros públicos. Sois la vanguardia cultural de Nafacroa.

En este caso ha cerrado una empresa del sector automovilístico. No hay demanda, dicen, y cierran la fábrica de componentes en Tudela. 120 personas al carrer. Es maravilloso cómo la izquierda se ha cargado uno de los pilares industriales de España, como era el sector de los coches, porque había que cambiar al eléctrico, que nadie compra por caro e ineficiente. El otro día me estuve descojonando porque un conocido, devoto de este tipo de carritos de golf, trataba de convencernos de que si quitas la calefacción ganas 20 kilómetros más de autonomía. De 200 a 220 km. Eso en invierno, porque en verano, si vas a 40 °C sin aire acondicionado, ganas 30 km. Ni calefacción ni aire acondicionado por el bien del planeta. Qué ilusión.

Teníamos un modelo que funcionaba: coches con motor atmosférico, cómodos y eficaces, a precio razonable, que podían ser comprados por la mayoría de la sociedad, pero alguien tocó el silbato y hubo que desmantelar la industria entera. Al grito de "el pueblo no puede tener coches", ¿qué es eso de tener un vehículo con el que irse a la playa un sábado o de vacaciones a la montaña en julio?, se torpedeó el asunto y santas pascuas.

Algún día nos enteraremos de quién ha untado a todos estos políticos de izquierda para que decidieran sabotear nuestra industria, nuestra forma de vida... para salvar el planeta, recuerden. Esa es la excusa. ¿Es que tú no quieres salvar las focas del ártico o del antártico o de mi gimnasio o donde sea que habiten esos animales?

Ahora ya no sabes ni para qué trabajas. Ni puedes comprar casa, ni puedes comprar coche, ni puedes viajar porque viajar también es de ser un "fascista turista go home". ¿Os acordáis cuando tener una furgoneta Volkswagen vieja y humeante para recorrerse el mundo era el colmo de la forma de vida izquierdista? Cómo ha cambiado la película en menos de una década, cómo les han llevado al huerto, al matadero vital, sin media protesta. Sí, señor presidente, de ahora en adelante nos quedaremos en casa con nuestro móvil, mandando fotopollas, para conseguir que los chinos e indios sigan enguarrando a sus anchas el planeta. Hay que parar el fascismo español, que quiere irse al pueblo a pasar el fin de semana con el abuelo. Vota PSOE.

Ahora ya solo trabajas para pagar impuestos. ¿Impuestos que van a dónde? Misterios de la ciencia sin resolver. O resueltos en realidad hace mucho, a los bolsillos de los gobernantes de mi izquierdita y a sus amigos y familiares. Coge el Boletín Oficial de Navarra y empieza a ver el listado de subvenciones y tiembla después de descojonarte de a qué mierdas destinan nuestro dinero.

Salvemos el planeta para matar a los humanos, que son todos unos fachas. Vota a Txibite. El día que alguien se dedique a salvar a los humanos, esto va a ser la revolución. Y eso es todo.