El PSOE corrompe hasta la chistorra

Sobre lleno de billetes con el anagrama del PSOE.
"En el PSOE hay una legión de asesores dedicados a fabricar explicaciones para lo inexplicable. Luego los medios amigos lo replican, y a percutir conciencias con el argumentario".

Todo con ADN navarro. Desde el partido de Txibite al mundo. Pero Txibite, pobrecita, no sabía nada, no se enteraba de nada y nada decidía. Quien no colocaba a su parienta, se colocaba él. Curioso, por cierto, que en un partido que se proclama feminista siempre sean los maromos los que enchufen a ellas. Pobres ellas: sin ellos no serían nada. —Ven, mujerica, que ya he hablado con el otro él para que tengas tu sueldazo—.

¿Parientos enchufados? Alguno habrá, supongo, pero no es la norma. El sanchismo es solo la versión nacional de un experimento navarro: el socialismo de probeta (la clave está en la b). Navarra, banco de pruebas. Dale poder al partido de la ETA para poder cosechar chistorras como quien recolecta lingotes de oro. De las chistorras a las maletas, de las maletas al Falcon, y del Falcon a Santo Domingo. Dinero, putas, poder… farlopa también tenían. El compañero Tito Berni dirige ese departamento. Socialismo integral.

Paradores nacionales convertidos en lupanares. Y durante el Covid, ojo. No abraces a tu abuela —decían—, ya abrazo yo, como ministro de Sánchez, al volquete de putas que hemos traído hasta Teruel.

El compañero Koldo paga la cuenta con una chistorra que saca del sobre. Lleva ticket, pídeselo a la meretriz, que no se te olvide. En Ferraz te darán otro sobre con el logotipo del partido: el puño, la rosa y hasta los céntimos bien contados. Nadie se hace millonario despreciando los céntimos, compañero.

Qué sórdido, colega. El PSOE lo estropea todo, incluso la chistorra. Ese alimento tan nuestro, profanado. La chistorra como símbolo fálico socialista, asociada ya sin remedio al chanchullo.

La chistorra es flácida. Dalí la habría pintado con muletas, traumatizado por la impotencia. Pero el PSOE la muestra dura, puesta al fuego: sí, se puede. Siempre se puede. El PSOE sería el invitado estrella en el gabinetto segreto del Museo Arqueológico de Nápoles. Qué mejor lugar: escenario de la camorra y de los sátiros con priapismo. Rosa Rumana. Jefe.

¿De dónde saca tanto metálico un partido que no maneja efectivo? ¿Vas tú cada semana al banco a retirar fajos de billetes para repartir sobres entre compañeros?

Tranquilo: siempre hay alguien que te lo explica. No tiene sentido, pero en el PSOE hay una legión de asesores dedicados a fabricar explicaciones para lo inexplicable. Luego los medios amigos lo replican, y a percutir conciencias con el argumentario. Qué más da la verdad si tienes una explicación, compañero. Machaca a los fachas con nuestras explicaciones.

Cuando te crees impune, te vuelves descuidado. Toma tu sobre, con ventanilla plástica para que se vean los billetes. ¿Quién nos va a meter mano si el poder —los tres poderes— somos nosotros? El compañero Cándido protege, como el partido de la ETA protege a Txibite de responder en el Parlamento navarro.

Está todo controlado. Tenemos a los aberchándales en el ajo. Cuanta más gente esté pringada, mayor la omertà. Aquí todos tienen muertos en el armario.

¿Llegó el PNV a sacar el cadáver de aquel trabajador del vertedero de Zaldívar? ¿Qué tenían metido allí para que se disolviera como la mafia disuelve cuerpos en bidones de ácido? Nunca más se supo. Ni un ecologista —tan preocupado siempre por el clima— preguntó por el tema. Silencio.

Algunos incluso esconden asesinos bajo la cama. Mira Asirón, qué bien calla. Le cuelgan los aberchándales pancartas de violadores en las fiestas del pañuelo a cuadros, violadores de vidas, asesinos de su ideología… y él no dice ni Pamplona. Solo Irroña.

Qué bonito es el sanchismo. Y qué buenas son las chistorras. Solo falta el clarete para acompañar, que saldrá. Porque con el PSOE, todo lo que imaginas —tarde o temprano— acaba saliendo. Y eso es todo.