La distribución de poderes de Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene desde la tribuna del Congreso de los Diputados. EUROPA PRESS
Se puede vislumbrar como discurrirán en el futuro próximo las actuaciones de este ejecutivo de coalición.

La democracia representativa tiene como principio fundamental la separación/división de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial, y así se desprende del contenido de nuestra Constitución que en el art. 1 proclama: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho.”

En consecuencia no cabe mejor interpretación interesada del principio de separación de los tres poderes, postulado por el filósofo francés  Montesquieu, que traducirlo fraudulentamente en una distribución/reparto del poder absoluto, de la forma que hace el legal e ilegítimo, presidente del Gobierno de ESPAÑA, comenzando con la propuesta de nombramiento de la Fiscal General del Estado.

Deja claro, a la primera de cambio, el recién nombrado presidente, su capacidad para la distribución del poder, quedando el francés Luis XIV, el conocido como Rey Sol o “El Estado soy yo” en nada, ante tamaña prepotencia, que ya en fechas no muy lejanas, siendo presidente en funciones confeso en una entrevista, y fue de inmediato criticada y ridiculizada por uno de sus actuales vicepresidentes.

Se puede pues vislumbrar como discurrirán en el futuro próximo las actuaciones de este ejecutivo de coalición, cuya multitudinaria “foto de familia” acabamos de ver, y nunca mejor aplicado el título, pues en algún caso se trata de auténtica familia de hecho y derecho.

De todas formas, siendo en este caso competencia del presidente, queda patente su estilo distributivo  de poderes e incompetencias, y vacuas carteras, de indescifrable contenido, aunque es de lamentar la oportunidad perdida por el narcisista Sánchez, para complacer con más atribuciones y regalías a sus apoyos, y concretar al máximo la organización de la Administración Estatal, con otra vicepresidencia y algunos ministerios más en materias y áreas que reflejen claramente ese reparto del” PODER”.

Un súper vicepresidente o adjunto a Presidencia que englobase el grupo de los vice, no creo vendría mal, y si es familiar mejor (antes se decía nepotismo)
 y en cuanto a los ministerios actuales, echo en falta áreas y materias como Ocio y Descanso, Ganadería, Territorios Insulares, Familia, Memoria Real y Cierta, Asuntos religiosos, etc. y no propongo un departamento para la DESPOBLACION pues “TERUEL… YA EXISTE”