Asirón el pacificador

El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, cuando estaba en la oposición, a la salida de la calle Curia donde los concejales de UPN reciben habitualmente insultos, salivazos y agresiones. MIGUEL OSÉS
"Ha bastado con cursar las órdenes oportunas a sus cuadros políticos y al enjambre de asociaciones trufadas de abertzalismo que abundan en esta ciudad".

Colt comenzó la fabricación de su célebre revolver Pacemaker en 1873, siendo uno de los más populares en el viejo oeste norteamericano. Sale en más westerns que John Wayne. No sé si el alcalde Asirón es aficionado a las pelis del oeste, pero es evidente que lo que si le gusta es el nombre del revólver.

Después de decenios en los que el movimiento abertzale ha ejercido explícitamente la violencia más extrema a través de ETA, o esa otra, más modulada, para amedrentar, coaccionar y silenciar a todos los que no pensaban como ellos, a través de la kale borroka o el señalamiento público, cuyas secuelas siguen activas, sobre todo en determinadas zonas del norte de Navarra, se presenta ahora, en su quinto año de alcalde como el adalid de la paz y la convivencia, el hombre dialogante que va a conseguir que sus partidarios dejen de ejercer la violencia en la subida de la calle Curia después de la procesión de San Fermín. 

Parece que ahora le han entrado las prisas por pacificar, después de sus cuatro años anteriores como concejal, en los que se dedicó a calentar el ambiente previo a las fiestas. Y no sólo como concejal, también como alcalde cuando estuvo anteriormente en el cargo.

Y pretende presentar en el mismo plano a los agresores y a los agredidos, como si la culpa de las agresiones que año tras año hemos sufrido los concejales de UPN, esas agresiones que él mismo definía como “crítica política”, fuera una culpa compartida entre esos agresores y sus víctimas.

Hemos tenido la inmensa suerte que, al parecer, este año, nos van a perdonar la vida. Y que, además, el mérito de esa inmensa suerte es de este alcalde pacificador. La realidad es que para tener paz, basta con que este señor ordenara a sus partidarios que cesen sus acciones violentas. Para eso no hace falta fotos, ni declaraciones empalagosas, ni ponerse cursi, ni ninguna otra acción de blanqueamiento. Basta que curse las órdenes oportunas a sus cuadros políticos y al enjambre de asociaciones trufadas de abertzalismo que abundan en esta ciudad.

No hay más que ver las obsesivas pancartas de las peñas, que permanentemente critican al poder, cuando gobierna UPN, y sin embargo critican a la oposición, cuando en ese lugar vuelve a estar este partido. Qué casualidad, no fallan. Al que nunca han criticado es al célebre pacificador, ni cuando estaba en la oposición ni cuando ha gobernado, y mira que ahora tendrían la oportunidad de criticar los “apeos” masivos de árboles, y otras agresiones ecológicas, por ejemplo.

Veremos a ver si esa modulación de la violencia que al parecer se va a producir, se va a quedar en una pequeña corrección en la que no van faltar los habituales insultos, aunque se reduzca la violencia física habitual de otros años. Veremos a ver en que queda la habitual expresión fascista de insultos, agresiones, escupitajos y otras lindezas que se ha convertido para los abertzales en su “momentico” más apreciado de las fiestas de San Fermín. Veremos a ver en que queda, se supone que para mayor gloria del pacificador.

Juan José Echeverría Iriarte

Concejal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona.