Comercio Local

Una tienda de Pamplona con treinta años de vida encuentra relevo: "La dejamos en buenas manos"

Corneliu Mimea, Mikel Mihay Mimea, Fernando Ordoñez y Loli Navarrete en la frutería Loli. Navarra.com
"Unas clientas lloran y otras nos dan la enhorabuena, pero con la satisfacción de que esto sigue abierto", asegura la dueña.

La frutería Loli de Pamplona llevaba tiempo en busca de un relevo por la jubilación de Fernando y Loli, que abrieron la tienda hace treinta años, en 1994, y que dejan de trabajar el próximo 1 de octubre.

La frutería está situada en la calle Pedro I en el barrio pamplonés de Iturrama. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local.

Como es el caso, por ejemplo, de la frutería El Maño o el renovado bar Chelsy en la calle Iturrama, que ha mejorado sus instalaciones para disfrute de sus habituales.

La pamplonesa Loli Navarrete De la Cruz y su marido Fernando Ordoñez, natural de Andosilla abrieron la tienda en 1994: "Llevamos aquí treinta años y estamos a apunto de jubilarnos el 30 de septiembre, si Dios quiere. Cumplimos 49 años en negocios siempre relacionados con la alimentación y el supermercado", asegura Loli.

La frutería se ha especializado en los encurtidos, verdura limpia, frutería selecta, aceite, etc. "Vendemos un poco de todo. Nos vamos con pena porque llevas toda la vida trabajando, pero la vamos a dejar en buenas manos".

A mucha gente le da pena: "Unas clientas lloran y otros nos dan la enhorabuena, pero con la satisfacción de que esto sigue abierto. Lo fundamental es que continúe. Si se trabaja no habrá problema. Yo me dedicaré a la restauración y a la pintura que son mis hobis", asegura Loli.

El relevo se llama Mikel Mihay Mimea y su padre Cornelius, una familia rumana que lleva ya un tiempo en la tienda conociendo el negocio y a los clientes. "Cogen el relevo ahora. Hemos encontrado una familia que quieren trabajar y están dispuestos a a seguir en la misma línea que teníamos nosotros

El relevo en la tienda se Mikel Mihay que tiene 31 años y es natural de Rumanía: "Llevo catorce años en Pamplona. Me he criado aquí, he estudiado aquí en Basoko. Es algo nuevo para nosotros aunque yo he sido encargado de negocios muy cerca."

"Estamos con ganas. Ya llevamos tres meses trabajando con ellos en todo el proceso y trámites de coger el relevo. Nos están dejando todo hecho. Ya es cuestión de sacrificio, dedicarle tiempo y muchas ganas", asegura Mikel.

No está solo en el negocio: "Estoy con mi padre Corneliu que ha tenido hasta ahora una empresa de pinturas y decoraciones interiores. Vinimos a la vez a Pamplona. Ahora cambiamos de actividad totalmente".

Mikel y Cornelius ya han palpado la opinión de los clientes: "La gente habitual está encantada de que no se pierda la tienda. Los trámites han salido bien con el traspaso y a ver que tal arranca todo. Con mucha ilusión y con ganas de empezar" en solitario.