Bernardo cumple 101 años en Pamplona y lo celebra bailando un bolero rodeado de su familia
Bernardo Martínez García ha cumplido este lunes 101 años. Lo ha hecho como a él le gusta: rodeado de su familia y dejando espacio para lo inesperado. En esta ocasión, ha sido un bolero el que ha marcado el compás de su celebración en la Casa de Misericordia de Pamplona, el lugar donde vive desde febrero de 2020, pocos días antes de que estallara la pandemia.
Nació el 14 de abril de 1924 en Benazolve, un pequeño pueblo de León, aunque desde hace ya muchos años ha echado raíces en Pamplona, ciudad en la que ha trabajado, formado una familia y, ahora, celebra más de un siglo de vida. Sus hijos, nietos y bisnietos no han faltado a la cita. Tampoco las ganas de festejar de Bernardo, que ha disfrutado del día con energía y emoción.
De joven, su vida estuvo ligada al campo. Se dedicó durante años a la viña, un oficio duro pero que recuerda con orgullo. Más tarde, al llegar a Navarra, encontró trabajo en Unicable, una empresa navarra dedicada a la fabricación de cableados eléctricos, donde trabajó durante años hasta su jubilación.
Pero si hay algo que ha acompañado a Bernardo a lo largo de su vida ha sido su pasión por el baile. Siempre ha sido un gran aficionado, y esta vez no ha sido la excepción. La profesora Leticia Abelle, que conoce bien sus pasos y su entusiasmo, le animó a cerrar el día con un bolero. Y Bernardo, cómo no, aceptó el reto encantado.
El baile ha sido grabado por el personal de la residencia y compartido en su cuenta de Instagram, donde puede verse a Bernardo entregado, siguiendo el ritmo con la serenidad y la elegancia de quien ha aprendido a bailar también con la vida.
Desde la Casa de Misericordia subrayan que, a pesar de su edad, “cognitivamente está muy bien, y físicamente también”. Añaden que lo que más llama la atención es su memoria prodigiosa, ya que “se acuerda a la perfección de hechos ocurridos hace muchos años”, algo que sorprende tanto al personal como a quienes lo visitan.
Bernardo Martínez no ha dejado de sorprender. Ni su edad ni el paso del tiempo han mermado su carácter vitalista. Su 101 cumpleaños ha sido una nueva oportunidad para compartir con los suyos, recordar sus orígenes y, por supuesto, seguir bailando.