La Clínica Universidad de Navarra descubre un tratamiento que mejorar la precisión en el disgnóstico de una enfermedad
La nueva técnica genética mejora la precisión en el diagnóstico de los nódulos tiroideos y reduce la incertidumbre de los pacientes.
La Clínica Universidad de Navarra ha incorporado un estudio molecular pionero en el diagnóstico del nódulo tiroideo con citología indeterminada, una técnica que mejora la precisión diagnóstica y permite evitar hasta un 67% de cirugías innecesarias.
Este avance representa un paso importante hacia una medicina personalizada, reduciendo además los tiempos de espera y la incertidumbre de los pacientes hasta conocer los resultados de la punción.
Hasta ahora, a pesar de la fiabilidad de la citología convencional, en torno al 25% de las pruebas ofrecían resultados indeterminados, sin poder confirmar si el nódulo era benigno o maligno.
Según la doctora Sonsoles Guadalix, codirectora del Departamento de Endocrinología y Nutrición, “muchos pacientes eran derivados a cirugía de forma preventiva, aunque tres de cada cuatro intervenciones resultaban innecesarias”. El nuevo estudio molecular analiza la expresión genética de la muestra y clasifica el nódulo según su riesgo de malignidad, con una fiabilidad mucho mayor.
Esta prueba se ha integrado en el circuito fast track de la Clínica Universidad de Navarra, que permite obtener un diagnóstico completo en una sola jornada. En el momento de la punción, se realiza una extracción adicional, idéntica a una convencional. “Los beneficios de esta segunda muestra compensan con creces la pequeña molestia, ya que evita extracciones futuras que podrían seguir dando resultados inciertos”, ha explicado el doctor Alberto Alonso, responsable del Servicio de Radiología en la sede de Madrid.
El análisis posterior se realiza en el Servicio de Anatomía Patológica, mediante una PCR cuantitativa en tiempo real del ARN mensajero. La tecnología ThyroidPrint® ofrece dos resultados en función de los genes amplificados en la muestra, lo que completa el diagnóstico y orienta el tratamiento posterior. “Este procedimiento refuerza la certeza del diagnóstico y guía la actitud terapéutica, reduciendo la necesidad de cirugías”, ha subrayado el doctor Ramón Robledano, especialista del servicio.
Reducir las intervenciones quirúrgicas implica menos riesgos, menor ansiedad y una recuperación más rápida para los pacientes. Desde 2024, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) avala el uso de estudios moleculares en el diagnóstico de nódulos tiroideos con citología indeterminada, consolidando esta técnica como una herramienta clave para una medicina más precisa y segura.
Un nódulo tiroideo es un crecimiento focal en la glándula tiroides, que puede presentarse de forma única o múltiple. En ocasiones contiene líquido (quiste) o tejido celular (sólido), o bien una mezcla de ambos. La ecografía tiroidea es la prueba de imagen de elección para caracterizarlos y determinar el riesgo de malignidad. “En función de esa estratificación se decide si es necesario realizar el estudio citológico”, ha indicado la doctora Marta García Goñi, endocrinóloga de la Clínica.
Generalmente, los nódulos no provocan síntomas, aunque pueden manifestarse como un abultamiento en el cuello. Si crecen demasiado, pueden comprimir estructuras cercanas como la tráquea o el esófago, causando dificultad para respirar o tragar y, en algunos casos, afonía.
Según la SEEN, la presencia de nódulos tiroideos es muy frecuente y su prevalencia depende del método de detección. Oscila entre el 4 y el 7% por palpación y alcanza hasta el 68% mediante ecografía de alta resolución. Son más comunes en mujeres, personas mayores y en zonas con deficiencia de yodo. Entre el 7 y el 15% de estos nódulos son malignos, aunque más de la mitad se detectan en estadios tempranos y tienen una supervivencia a cinco años del 98,5%.