El motivo por el que la principal empresa de Navarra irá a la huelga: "No al gancho"
Sindicatos como ELA, LAB y CGT se han concentrado este jueves frente a la planta de Volkswagen Navarra, en Landaben, para exigir una "alternativa" al nuevo gancho –o transportador– de carrocerías. Consideran que este sistema pone en riesgo la salud de la plantilla, ya que supone un deterioro de las condiciones laborales.
Así lo han expresado en rueda de prensa Igor Peñalver (ELA), Oskar Barinaga (LAB) y Óscar Añorbe (CGT), quienes han leído un comunicado en el que afirman que “la realidad de la fábrica más grande de Navarra dista mucho de la imagen idealizada que se presenta”.
Han criticado que, con la excusa de adaptar las instalaciones para producir coches eléctricos, se ha optado por un pulpo o gancho que, en lugar de suponer una mejora, empeora la ergonomía en muchos puestos. Aseguran que esta decisión no responde a criterios técnicos, sino puramente económicos.
Según los sindicatos, la empresa ha elegido este sistema porque es el más barato, aunque no el único posible. Denuncian que esa falta de inversión terminará afectando directamente a la salud de los trabajadores, en favor de una mayor rentabilidad para la compañía.
En esta ocasión, aseguran que la multinacional ha exigido un acuerdo con la mayoría del comité de empresa, bajo la amenaza de que, si no se aprobaba la introducción del nuevo gancho, no se fabricarían vehículos eléctricos en Landaben, poniendo en riesgo el futuro de la planta.
Pese a conocer el impacto negativo que puede tener este cambio, UGT y CCOO han firmado el acuerdo, desoyendo al resto del comité. Los sindicatos convocantes denuncian que lo han hecho “a cambio de intereses personales como ascensos y promociones”, y tachan el pacto de infame.
Por ello, han convocado una huelga el lunes 28 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, para expresar su rechazo al nuevo sistema y reclamar su retirada en las condiciones actuales. Defienden que existen otras alternativas más seguras, y recuerdan que la empresa recibe importantes fondos públicos.
En respuesta a los medios, Peñalver ha explicado que estos nuevos pulpos “sobresalen 12 centímetros por cada lado del vehículo”, lo que dificulta el trabajo en su interior. Propone cambiar su geometría o utilizar uno diferente para los coches eléctricos, manteniendo el actual para los de combustión.
Por su parte, Barinaga ha señalado que el nuevo gancho afectaría a un 10% de los puestos, y ha alertado de que el sistema está diseñado para el modelo eléctrico, pero no es adecuado para los vehículos de combustión. Según la empresa, para junio deberían estar en funcionamiento 464 pulpos, lo que obligaría a trabajar casi un año con un sistema no adaptado ergonómicamente.
Además, ha advertido de que se desconoce la salida comercial del modelo eléctrico, mientras que los híbridos Taigo y T-Cross podrían mantener una producción mayor de vehículos de combustión, agravando el problema.
Añorbe ha explicado que el objetivo de la huelga es que la plantilla “tome conciencia y lidere las reivindicaciones”, en un contexto en el que el comité lleva “más de 20 años desaparecido como garante de derechos”.
A su juicio, “no puede ser que una nueva tecnología implique un retroceso en las condiciones laborales”. Ha pedido apoyo al paro del día 28, en el que se ha convocado una concentración de 13.15 a 14.15 horas en la puerta de montaje.
Por último, Peñalver ha denunciado que, desde 2020, la Tesorería General de la Seguridad Social no facilita datos nominales por empresa sobre las bajas comunes, lo que impide verificar si las condiciones actuales de trabajo están afectando a la salud laboral.