SOCIEDAD

La Navidad más auténtica de Navarra: un Belén viviente con actores amateurs y un paisaje blanco de cine

Tres escenas del Belén viviente de Leiza. CHOPICAL
El vídeo reproduce distintos pasajes bíblicos vinculados a la llegada de Jesús en Belén. Una narración que avanza como si el espectador se asomara, escena a escena, a las páginas del relato navideño.

La sociedad Chopical de Leiza ha convertido esta Navidad en un pequeño viaje al origen de la historia. Lo ha hecho con un Belén viviente grabado en el propio pueblo y sus alrededores, una representación cuidada al detalle y levantada con una idea tan sencilla como poderosa: contar el nacimiento del Niño Jesús con voces y rostros de casa, con actores totalmente amateurs y con Leiza como único escenario.

El resultado ha sido un vídeo que reproduce distintos pasajes bíblicos vinculados a la llegada de Jesús en Belén. Una narración que avanza como si el espectador se asomara, escena a escena, a las páginas del relato navideño: los anuncios, las dudas, los sueños, los viajes y la esperanza, todo hilado desde una mirada cercana, sin artificios, con la autenticidad de quien se pone delante de la cámara por devoción, por tradición y por ganas de hacer algo bonito en comunidad.

El hilo conductor lo han llevado tres figuras que actúan como guía en el relato: los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Ellos han sido los encargados de enlazar los episodios y de aparecer en los momentos decisivos, como si fueran el puente entre lo humano y lo sagrado. En la historia, participan en diferentes pasajes: anuncian a la Virgen María la llegada del Niño Dios, acompañan las escenas en las que San José recibe mensajes en sueños y también aparecen ante los Reyes Magos, marcando el camino que conduce hasta el misterio del nacimiento.

Uno de los elementos que ha dado personalidad propia al trabajo ha sido el entorno. Todas las tomas se han rodado en Leiza, sin salir del municipio, buscando rincones capaces de sostener la atmósfera del relato. Y, además, la meteorología ha hecho su parte: buena parte de los exteriores se han grabado tras una jornada de nieve en los alrededores, un detalle que ha aportado al vídeo un ambiente aún más navideño, con paisajes blancos, luz fría y ese silencio especial que deja la nieve cuando el pueblo amanece cambiado.

En un proyecto así, donde cada escena depende del esfuerzo colectivo y de la paciencia de quienes repiten una toma sin ser profesionales, la coordinación lo es todo. La dirección de la representación del Belén viviente y la edición del vídeo han corrido a cargo de Joaquín Baleztena Gurrea, responsable de dar forma al conjunto y de convertir el rodaje en una narración con sentido y ritmo. Su trabajo ha unido las piezas para que la historia fluya con claridad, manteniendo el tono clásico del relato y cuidando la continuidad entre escenas.

Más allá del resultado final, el Belén viviente de la sociedad Chopical ha dejado una imagen que encaja con lo mejor de estas fechas: la de un pueblo que se organiza, que se implica y que se presta su propio paisaje para contar una historia universal. Leiza ha servido de escenario y también de mensaje: que la Navidad, cuando se hace en común, tiene una fuerza distinta. Y que incluso con actores amateurs, si hay ilusión y cuidado, se puede lograr un vídeo capaz de emocionar.