Ese patrón, típico de situaciones más estables, suele traducirse en un descenso marcado de las temperaturas nocturnas, con mayor probabilidad de heladas en el interior y en zonas de valle. La consecuencia práctica será el riesgo de hielo a primeras horas, especialmente en carreteras secundarias y tramos sombríos.
En paralelo, la predicción oficial para Navarra mantiene un escenario con nubes bajas y presencia de brumas, un detalle que puede reforzar la sensación de frío en algunas comarcas, sobre todo al amanecer.
En la Ribera, la predicción por municipios de AEMET para Tudela refleja un final de año con cielo cubierto y momentos de precipitación débil, antes de dar paso al cambio de año.
En el entorno del centro de Navarra, la tabla municipal de AEMET para Pamplona también dibuja un tramo de final de año con nubosidad y descenso térmico en el cambio de jornada, una combinación que suele activar el aviso de madrugadas frías en la Cuenca.
Y en zonas del Pirineo, como el área de Isaba, el pronóstico municipal mantiene un tiempo muy condicionado por la nubosidad y la precipitación, con un ambiente invernal más acusado por la altitud, justo en el salto a 2026.
AEMET recuerda que, a varios días vista, la previsión puede ajustarse y conviene revisar la evolución del pronóstico y los avisos antes de los desplazamientos de Nochevieja y Año Nuevo.
