SOCIEDAD

Del plomo a los genes: el hallazgo del Cima de Navarra que cambia lo que se sabía sobre una grave enfermedad

Antonio Fontanellas, Pedro Berraondo, Ana Sampedro, Matías Ávila, Francesco Urigo y Daniel Jericó, del grupo de investigación del Cima Universidad de Navarra que ha realizado el estudio. UNIVERSIDAD DE NAVARRA

El trabajo liderado por el Cima Universidad de Navarra ha descrito el primer caso en una niña y cinco intoxicaciones graves por plomo en adultos, aportando claves sobre la base genética y ambiental de esta porfiria ultrarrara.

Un consorcio de investigadores europeos ha identificado tres nuevos casos de la porfiria infantil más rara del mundo, una porfiria por deficiencia de ALA deshidratasa, en un trabajo liderado por el Cima Universidad de Navarra. Entre los nuevos diagnósticos se ha descrito por primera vez un caso en una niña, lo que amplía el conocimiento clínico y genético de esta enfermedad ultrarrara.

Este estudio ha aportado información clave para entender los mecanismos genéticos y ambientales de esta patología y su relación con la toxicidad por metales pesados. Además, el equipo ha descrito cinco casos de intoxicación grave por plomo en adultos que imitan clínicamente el cuadro infantil de esta porfiria, tal y como ha explicado el Dr. Antonio Fontanellas, investigador principal del Grupo de Hepatología: porfirias y carcinogénesis del Cima y director del trabajo.

Las porfirias hepáticas son enfermedades genéticas huérfanas que afectan a la síntesis de hemoglobina y otras hemoproteínas, y cuyo síntoma más frecuente ha sido el dolor abdominal intenso. En los casos más graves, estos trastornos han provocado alteraciones neurológicas severas. Dentro de este grupo, la porfiria por deficiencia de ALA deshidratasa (ADP) se considera la forma más rara y severa en la infancia temprana, y hasta ahora solo se habían descrito diez casos, todos en varones.

En el trabajo se ha analizado también la susceptibilidad a la intoxicación por plomo, un problema cada vez menos frecuente gracias a las medidas de prevención y a la concienciación pública, pero que sigue provocando exposiciones accidentales. Este metal puede estar presente en tuberías antiguas, utensilios y vajillas, así como en ciertos cosméticos, casquillos de bala, licores ilegales, opio adulterado o algunos suplementos herbales. El plomo se absorbe con facilidad y se acumula en la sangre y otros tejidos, donde puede causar daños incluso en cantidades muy pequeñas.

Mediante un enfoque que combina análisis genéticos, estudios bioquímicos y un innovador modelo experimental para investigaciones funcionales, los investigadores han identificado nuevas variantes del gen implicado en esta porfiria, con distinta expresión y comportamiento bioquímico. Los resultados muestran una marcada heterogeneidad molecular, que podría explicar la diferente susceptibilidad individual a la intoxicación por plomo. “Debido a su extrema rareza, cada paciente bien estudiado representa una oportunidad única para avanzar en la comprensión de esta enfermedad”, han recordado los autores.

El estudio se ha desarrollado en el marco del área CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), con la colaboración del área CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER). La investigación ha contado con financiación del Instituto de Salud Carlos III y de la Fundación Mutua Madrileña, lo que ha permitido impulsar este trabajo de referencia internacional sobre una de las enfermedades infantiles ultrarraras más complejas de diagnosticar y tratar.