Pudo no ser un asesinato: la investigación no encuentra evidencias en el caso del cadáver hallado en Pamplona
La investigación sobre la muerte violenta de un hombre de 67 años hallado sin vida en el rellano de su vivienda en San Juan apunta, en principio, a que pudo haber sido un suicidio. A pesar de que la escena del hallazgo parecía sugerir un crimen violento, con la presencia de un cuchillo y una gran cantidad de sangre, los elementos recabados hasta el momento por los investigadores de la Policía Municipal de Pamplona y de la Policía Nacional no han mostrado indicios de la intervención de terceras personas.
La autopsia realizada en el Instituto Navarro de Medicina Legal no ha revelado signos claros de homicidio. El cadáver del fallecido presentaba múltiples heridas en las manos, que parecen haber causado una considerable pérdida de sangre, posiblemente por la perforación de una arteria. Este hecho, junto con los antecedentes de salud mental del hombre, quienes habían sufrido problemas psiquiátricos diagnosticados, inclinan la investigación hacia la hipótesis del suicidio.
El propio fallecido había mencionado el día anterior a su muerte que alguien intentaba matarlo, lo que sugiere que pudo haber experimentado una crisis esquizofrénica, caracterizada por paranoias. De hecho, fuentes de la investigación cuentan que un vecino del bloque aseguró haber escuchado gritos de una única voz que decían "me vas a matar", lo que, según los investigadores, refuerza la posibilidad de que el hombre se autolesionara durante un episodio psicótico.
Además, la ubicación del cuchillo junto al cuerpo es otro elemento sospechoso, pues es inusual que un agresor abandone un arma en la escena de un crimen.
Pero lo más determinante para los investigadores es que no se han encontrado ningún tipo de huellas de terceros en todo el portal: ni evidencias de haber tratado de defenderse en el cadáver, ni rastros de sangre en las escaleras, el portal o el ascensor, lo que inclina la balanza de la investigación a que el fallecimiento pudo ser autoinducido.
El hallazgo del cadáver se produjo alrededor de las 14:00 horas del lunes, cuando un repartidor de paquetería encontró el cuerpo, ya en rigidez muscular, tendido boca abajo y rodeado de un charco de sangre en el rellano del segundo piso del número 1 de la calle Monasterio de la Oliva.
La víctima, que residía en el inmueble, era un viejo conocido de la Policía Municipal de Pamplona. Al parecer, sus problemas mentales le habían llevado a provocar continuas molestias en el vecindario y a intervenir a los agentes en su bloque e incluso dentro de su domicilio.
Se espera que a lo largo de la jornada de este miércoles concluya la autopsia y se envíe el informe a los investigadores.