DNI
El otro día me pidió mi madre que le fotocopiara el carné de identidad.
Así que me dirigí a una papelería que tengo a la vuelta de la esquina. Recuerdo que mientras bajaba en el ascensor me dio por ojearlo.
Me quedé de una pieza al observar cuándo caduca su DNI: el 1 de enero de 9999. Sí, sí, del año nueve mil novecientos noventa y nueve.
Cuando llegue ese día (si llega) nosotros, que hoy presumimos del big data, inteligencia artificial y demás familiares, seremos personas prehistóricas, poco más o menos como los Picapiedra.
-¿Es posible que tuvieran en aquella era teléfonos móviles y que viajaran en avión?, dirán.
Esas y otras (hipotéticas) preguntas viajaron por mi mente hasta que pulsé el portero automático de mi casa, que en realidad será el picaporte del año 9999.
Le di a mi madre el DNI, también beso, y supuse que una madre siempre será una madre. Hoy, anteayer, mañana…, y en el año 9999.
Ideación de ‘DNI’
Da vértigo ver la fecha de caducidad de algunos carnés de identidad…
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