Droga

Dos niños se cambian unos cromos durante el recreo en su escuela ARCHIVO

Creo que acababa de cumplir nueve años cuando me drogué por primera vez.

Creo que acababa de cumplir nueve años cuando me drogué por primera vez. Recuerdo que fue después de la clase de plástica con el padre Marcelino; nada más terminar un barco pirata construido palillo a palillo. A las cinco de la tarde. Salimos del aula tres compañeros y yo, y nos estaba esperando en la mismísima acera con su chándal, sus calcetines de rombos, sus mocasines puntiagudos negros y su mercancía. Lo reconocí sin temor a equivocarme. Era él.

No fui consciente de que aquella primera dosis me iba a provocar un efecto llamada. Desperté al mundo de la adicción. Ansiedad. Dependencia. Qué tendrá, que empieza llamándote la atención, luego te apetece y llegas a sentir necesidad, pura necesidad. Incluso palpitaciones. Descontrolas, se te va de las manos…

Cuando nos cruzamos por primera vez aquel jueves por la tarde del mes de septiembre, extendió su brazo y, sin mediar palabra, me dio la primera dosis, mi primera dosis: un sobre con cromos de fútbol. Droga dura.

Ideación de ‘Droga’

¿Recuerdas cuando se decía que no había que chupar los cromos? “¡Tienen droga, tienen droga!”...

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