La decisión del rey

Una persona lanza una moneda al aire.

Solía tomar las decisiones con determinación salvo ante medidas complejas, que le obligaban a recurrir al pretérito consejo que recibió de un catedrático.

Aceptó aquella oferta como podría haberse pronunciado de forma negativa: un puesto de trabajo durante un semestre a setecientos kilómetros de su cama de matrimonio maltrecho.

A este ingeniero de ideología republicana le pesaban lo mismo ambos argumentos. ¿Por qué escoger el sí? ¿Debía renunciar a la propuesta? Tanto le daba una cosa como la contraria, y tomó la palabra de aquel viejo profesor.

Pese a sus infructuosas reflexiones, decidieron por él; en concreto, el rey Juan Carlos. “Si sale cara, marcho; si es cruz, me quedo”, pensó. Y sus retinas vieron al monarca de perfil.

Ideación de ‘La decisión del rey’

Un entrenador de fútbol comentó que dudaba entre dar la titularidad a dos jugadores y resolvió la incógnita con una moneda.

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