#EspírituTerranova
“El último día de Terranova”, nueva novela de Manuel Rivas, rinde tributo a los libros y a las librerías, conductores imprescindibles de la cultura.
Vicenzo Fontana ha escrito un cartel que suena a definitivo: "Liquidación final de existencias por cierre inminente". No ha acabado de colgarlo en la fachada de su librería, Terranova, cuando ya se ha arrepentido del mensaje. Los tiempos cambian y ese templo de la cultura que levantaron sus padres, Amaro y Comba, y su tío Eliseo, es una víctima más de la era de la especulación. Se avecina desahucio.
Cuando imaginaba Terranova, Rivas pensaba en la librería La Poesía de su ciudad natal, ese lugar que echó la persiana hace años y que, según ha confesado, ha sentido tantas veces ganas de poner en pie de nuevo al pasar junto a ella.
Hace pensar al lector en la librería donde encontró ese libro especial, en la recomendación clave del librero que le descubrió a un autor, en las pequeñas grandes historias que aguardan en las estanterías.
Y Terranova, como todas las auténticas librerías, mucho más que tiendas donde comprar libros, tiene sus secretos: contrabando, amores, fracasos, legado familiar, rebeldía.
La historia, que vuela a tres tiempos (la posguerra, la España del 75 y la actualidad), está narrada con el singular tacto poético del autor: metáforas cuidadas, naturaleza viva, ironía. También crítica política. Y Galicia, de nuevo, impregnada en sus páginas, que también llevan a Madrid y a Argentina. Una pareja de percebeiros furtivos vapuleados por la furia atlántica abren la trama.
Este es el primer libro que acerca a la orilla esta Marea de libros en la que navegarán nuevos veleros y algunos viejos tesoros. Una marea brava, con vocación ecléctica, espuma mestiza de narrativa, de poesía, de ensayo. La primera ola trae esta historia de resistencia. Larga vida a Terranova.