Navarra me la como

Lo único que me gusta más que hablar de comida es comer.

No seré yo quien les recuerde todas y cada una de las infinitas bondades que atesora nuestra tierra.

No obstante, permítanme que me detenga en una de las más importantes.

La gastronomía navarra.

¡Cómo se come en nuestra tierra!

Trucha a la navarra con jamón serrano frito y ajo; Pochas de Sangüesa con un sofrito vegetal de cebolla, pimiento verde, tomate y puerro; Cordero al chilindrónCardo con ajo y jamónBacalao al ajoarrieroEstofado de rabo de toroEspárragos de NavarraAlcachofas con almejas

¿Quién no ha probado, al menos una vez, alguno de estos manjares?

Estoy convencido de que no hay ningún restaurante en Navarra que no disponga de estos y de muchos platos más que a su recuerdo dejo.

Nos gusta comer, ¿verdad?

Y la costumbre y la tradición del buen yantar nos hace, digamos, saber de lo que hablamos cuando hablamos de comida. Eso es así.

Y por eso, cuando nos acercamos a la semana más importante del año (exceptuando nuestra querida fiesta de San Fermín), como es la Semana del Pincho de Navarra, sabemos apreciar el trabajo, la presentación, la mezcla de sabores y, cómo no, la imaginación para deleitarnos con ese exquisito bocado que provoca que vayas, de lado a lado de la geografía foral, descubriendo numerosas exquisiteces.

Tartar de lengua de cerdo adobada y cocida, con manzana, piquillos, emulsión de chorizo, y encurtidos y, acabado, con unas perlas de piparra para descansar sobre un blini de harina de algarroba; base de pan baozi relleno de un guiso de cerdo con salsa de coco y especias, mayonesa de lima, cebolla roja encurtida, un poquito de caviar y unos cocos de oro; pan de pimientos del piquillo relleno de un guiso de chuleta, acompañado de un exquisito steak tartar elaborado de la misma carne. Todo ello, complementado con un gel de piquillos, patatas paja, brotes encurtidos y unas láminas de chuleta…

No está mal, ¿verdad?

Esta distancia mía les juro que en ocasiones me apena, ya que uno se pierde muchas cosas: la compañía de los padres, los eternos cafés, mientras se advierte caer la lluvia en esas tardes melancólicas; el olor a campo y la vista verde; el acento, ese al que se refería Lola Flores

Pero si algo echo de menos es tirarme a la calle.

Caer en los brazos de la calle EstafetaSan NicolásPlaza del Castillo o por donde ustedes quieran y disfrutar de un pincho y un vino (a mí me gusta el blanco, ¿sabe usted?).

Les ruego que descubran un año más los manjares que presentan 58 establecimientos de Pamplona y distintas localidades de Navarra en la Semana del Pincho, que se inició el pasado viernes 21 de marzo y que durará hasta el próximo domingo 30.

Una semana gastronómica que cumple su 25ª edición y que no dejará ni con hambre ni indiferente a nadie.

Porque, mis queridos amigos, Navarra está para comérsela.

Así que ya saben, ¡a disfrutar!