Pitos y palmas

Cientos de pamploneses en el Riau-Riau, organizado un año más el 6 de julio por la peña Mutilzarra. EFE/Jesús Diges

Las fiestas de San Fermín son un escaparate mundial donde se plasma la realidad social y política de la ciudad de Pamplona y de nuestra Comunidad Foral de Navarra y donde se refleja la gestión e intencionalidad de sus gobernantes.

En el ecuador de las fiestas, y tras haberlas vivido con intensidad hasta el momento, se pueden detallar ya bastantes momentos de pitos y palmas que deben hacer reflexionar a quienes tienen la responsabilidad de su organización. En el caso de los pitos, para ser conscientes de ellos, darles una pensada e intentar mejorarlos para ediciones futuras. En el caso de las palmas, no para autocomplacerse, sino para tenerlas como referencia de las cosas bien hechas y mantener la misma exigencia en ediciones venideras.

En estos Sanfermines 2017 doy palmas a la DYA por su 40 cumpleaños y el magnífico cohete de inicio de las fiestas con el que nos deleitaron y pitos a quienes no aceptaron esta designación tan merecida.

Pitos a la maniobra del alcalde Asirón por la colocación de la no bandera de Navarra en el lugar preeminente que no le correspondía y palmas a todas las personas que no hicieron ningún aprecio a esta acción y quisieron comenzar la fiesta aparcando sus diferencias políticas y demostrando, una vez más, que las fiestas hay que vivirlas en paz y en armonía.

Pitos a quienes provocaron la suspensión, hasta nuestros días, del Riau Riau y a quienes hoy en día siguen sin querer recuperarlo y palmas a nuestros jubilados y a la peña Mutilzarra por seguir sembrando año tras año nuevas simientes que seguro algún día conseguirán recuperar este acto. Palmas también a las vísperas a nuestro Santo patrón por recordarnos en el inicio de las fiestas que éstas son en honor a él, a San Fermín.

Pitos al alcalde y concejales que no son capaces de entender que por encima de creencias personales, está la responsabilidad de saber gobernar desde el respeto a la diferencia y no acudir, como corresponde a un alcalde de todos, a la misa en honor a San Fermín tras la procesión por las calles de la ciudad. Palmas para los concejales que sí acudieron y para todos los pamploneses y visitantes que honraron en esta eucaristía a nuestro patrón. También palmas para nuestro clero diocesano, con el arzobispo a la cabeza, que permanece firme e impasible ante esta provocación.

Pitos al alcalde que no acepta las críticas de una ciudadana pacífica a las puertas de la Catedral y que ordena con un gesto a la policía municipal que la aparte y no le moleste. Pitos también a ese concejal que no soporta crítica ninguna y, con gesto despectivo, manda callar a esta misma ciudadana. Palmas para esta persona que con absoluta educación se atrevió a decirle al alcalde lo que pensaba.

Pitos al alcalde por su actitud chulesca y provocativa en la plaza de toros ante la crítica sonora de gran parte del respetable. Pitos también a quienes aprovechando esta situación pudieron faltarle gravemente al respeto. Palmas para todos aquellos que quisieron mostrar su desacuerdo con él y mostraron su hartazgo por la gestión realizada en estos dos años que lleva de mandato.

Pitos al ayuntamiento de nuestra ciudad por autorizar la colocación de casetas y barracas en ciertos lugares de la ciudad, sin respetar a sus vecinos y sin importarle las mínimas medidas de seguridad, de evacuación, contaminación acústica y condiciones higiénico-sanitarias. Palmas para estos vecinos que aguantan estoicamente estas condiciones y el menosprecio, por inacción, de los responsables municipales. En especial palmas para quienes por vocación y bondad soportan esta incómoda situación.

Pitos para la tolerancia e inacción municipal en la masiva venta ilegal de los manteros que ocupan las calles peatonales y céntricas de la fiesta y por prohibir actuar contra ellos. Palmas para los comerciantes y vendedores ambulantes que han pagado y pagan religiosamente sus tasas e impuestos y ven en sus narices cómo esta competencia ilegal campa a sus anchas.

Pitos para el Ayuntamiento de nuestra ciudad que desprecia a todos nuestros niños y familias el día de la ofrenda floral infantil a San Fermín, por su nulo interés, colocación de una carpa en la que no cabía la imagen de nuestro patrón y la ausencia de seguridad en un acto masivo y popular como este. Palmas para los organizadores reales del evento que lograron superar estas dificultades e hicieron sonreír a los cientos de niños que fueron a honrar a su Santo preferido.

Palmas para el servicio de limpieza, DYA, Cruz Roja, Departamentos del Gobierno de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona, Policía Nacional, Guardia Civil, Gendarmería francesa, Policías municipales de Pamplona y de la Comarca, Sos Navarra 112, Casa de Misericordia, Pastores del encierro, Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y todos aquellos implicados en la fiesta, por hacer posible que, a pesar de tantos pitos, podamos disfrutar de las mejores fiestas del mundo.